El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón, consideró que el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) “es una aberración”. Muestra de ello, dijo, es que ha evadido pronunciarse por el conflicto entre Israel y Palestina por la reiterada negativa de Estados Unidos para que se emita ese posicionamiento.
“Hoy México forma parte del Consejo de Seguridad, pero siempre lo hemos dicho: el Consejo de Seguridad es una aberración, es una injusticia. Por ejemplo, ahora no se puede emitir un pronunciamiento sobre la crisis del Medio Oriente porque alguno de los miembros permanentes opina que no. Eso ha sucedido con muchos casos, hoy lo diremos en la ONU”, planteó ayer el canciller durante el acto en el que se oficializó la supresión de visas entre México y Bolivia.
Horas más tarde, en asamblea general de Naciones Unidas celebrada en Nueva York, el representante de México ante esa instancia, el embajador Juan Ramón de la Fuente, enfatizó que nuestro país lamenta que aun cuando la crisis en Medio Oriente se agrava, el Consejo de Seguridad continúe sin pronunciarse.
El llamado del gobierno mexicano, subrayó, es que el Consejo de Seguridad esté “a la altura de las circunstancias que hoy le exigen y asuma en breve su papel como uno de los principales garantes de la paz y la seguridad internacionales”.
Reafirmó el compromiso de México para que en el conflicto palestino-israelí se dé una solución integral y definitiva bajo la premisa de dos Estados.
“Que atienda las legítimas preocupaciones de seguridad de Israel y permita la consolidación de un Estado palestino política y económicamente viable. Dos estados que convivan con fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.”
El Consejo de Seguridad, dijo, debe pronunciarse de conformidad con su mandato para tratar de poner fin a la violencia de los últimos días, para hacer un llamado urgente de proteger a la población civil, respetar el derecho internacional humanitario y para que se asuma el diálogo entre las partes como la única solución posible.
México se manifestó contra toda medida que intente alterar el carácter y la composición demográfica de Jerusalén Oriental, de la transferencia de población, del decomiso de propiedades, las demoliciones, de los desalojos forzados y de las actividades de expansión de los asentamientos.
Todas, apuntó De la Fuente, constituyen violaciones del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU. “Por ello son inadmisibles”.