Río de Janeiro. Los ex presidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso expresaron en una reunión su preocupación por el rumbo del gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro y por su manejo de la pandemia, informó este viernes Lula.
"Fue una larga reunión sobre Brasil, sobre nuestra democracia y sobre la negligencia del gobierno Bolsonaro frente a la pandemia" que ya dejó casi 450 mil muertos en el país, escribió Lula en Twitter.
La reunión se celebró la semana pasada en casa del jurista Nelson Jobim en Sao Paulo, precisó Lula, a quien los últimos sondeos dan como favorito frente a Bolsonaro en las elecciones de octubre de 2022.
El Instituto Lula publicó una foto de los dos ex mandatarios usando mascarilla y saludándose con un toque de puños.
La oposición entre el sociólogo centrista Cardoso (1995-2002) y el sindicalista de izquierda Lula (2003-2010) estructuró la vida política de Brasil durante más de dos décadas.
Lula, de 75 años, recuperó recientemente sus derechos políticos tras la anulación de las condenas por corrupción, una de las cuales lo llevó a la cárcel durante casi 18 meses entre 2018 y 2019.
Los sondeos prevén una polarización del electorado entre Lula y Bolsonaro, que enfrenta una erosión de su popularidad.
Una comisión parlamentaria investiga su responsabilidad en el atraso de la vacunación y sus gestos de desafío a las medidas de aislamiento social recomendadas para frenar la pandemia de coronavirus.
En las últimas semanas, Bolsonaro intentó movilizar a sus bases ultraconservadoras, en actos que toman por blanco al Congreso y a la corte suprema.
Cardoso, que derrotó en dos elecciones a Lula, afirmó la semana pasada que si tuviera que optar entre Bolsonaro y Lula, votaría por el fundador del Partido de los Trabajadores (PT).
"No sé si [Lula] representa el futuro de Brasil, pero Bolsonaro representa un futuro que no me entusiasma. Si no hay una tercera vía, estoy con Lula. Quien no tiene perro caza con gato", declaró Cardoso, considerado el padre de la estabilización económica de Brasil gracias al Plan Real de 1994 que frenó la hiperinflación.
En las elecciones de 2018, Cardoso dijo que había anulado su voto, para evitar la opción entre Bolsonaro y Fernando Haddad, delfín de Lula.
Desde que Lula llegó al poder en 2003, no hay registros de encuentros políticos entre ambos. La última vez que se vieron fue en febrero de 2017, cuando Cardoso visitó a Lula en el hospital donde estaba internada su esposa, Marisa Letícia, que falleció tras sufrir un ACV.
Lula multiplicó en las últimas semanas sus contactos con dirigentes de izquierda y de centro, sin declararse oficialmente candidato.
"Si [en 2022] soy el mejor colocado para ganar y estoy con buena salud, entonces sí, no lo dudaré", dijo Lula en una entrevista publicada esta semana por la revista francesa Paris-Match.