Los suelos son “indispensables para la vida”, pues de ellos depende la alimentación; en éstos se produce 95 por ciento de los alimentos de la humanidad, sin embargo, a escala global, se estima que un tercio de los suelos está degradado, expusieron especialistas de la UNAM y expertos internacionales.
En conferencia de prensa a distancia denominada Por una gestión sostenible del suelo que promueva su reconocimiento, recuperación, preservación y gobernanza, detallaron que la política de suelo en la nación todavía prevalece “fragmentada”.
Helena Cotler Ávalos, del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial de la UNAM, recalcó que algunos estudios establecen que en nuestro país la degradación supera 50 por ciento del territorio, es decir, que alrededor de la mitad de los suelos no pueden cumplir con sus funciones.
Explicó que la erosión ocasiona pérdidas económicas y limita la autosuficiencia y seguridad alimentaria. Además, su degradación es un detonante de migración del campo a la ciudad y regional, con implicaciones como la formación de cinturones de miseria en las periferias de las ciudades.
Lo que está ocurriendo, incluyendo fenómenos como incendios y deforestación, llevan a un camino que conduce a la desertificación de nuestro territorio.
Restauración muy tardada
Blanca Prado Pano, coordinadora del el Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo e investigadora del Instituto de Geología, recordó que este recurso es no renovable, pues la restauración de un centímetro de suelo puede tardar hasta mil años.
“Alberga a más de 25 por ciento de la biodiversidad del planeta, siendo reserva genética y fuente de productos farmacéuticos”, así como elemento fundamental en la regulación del clima.
En éste se produce 95 por ciento de los alimentos de la humanidad; también es base de toda infraestructura, fuente de fibras, minerales, materiales de construcción, archivo del patrimonio geológico y arqueológico; es un bien social, económico, cultural, político y patrimonial.