El juez sexagésimo de lo civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México ordenó el embargo y aseguramiento de cuentas en contra de la familia Jenkins que equivalen a 720 millones de dólares, como reparación del daño causado por desfalcar a la Fundación Mary Street Jenkins.
La fundación se constituyó en 1954 por William Oscar Jenkins, con la finalidad de hacer actos de caridad a través de diferentes tipos de apoyo y actos de altruismo en la ciudad de Puebla. Su fundador dispuso que sus herederos, sin ser dueños del patrimonio, participaran en el patronato sin remuneración alguna.
De acuerdo con las indagatorias, cuando falleció Oscar Jenkins, sus herederos y patronos de la fundación, junto con sus abogados, sustrajeron alrededor de 14 mil millones de pesos de la institución, donando todos los bienes a otra fundación con residencia en Jalisco, que cambió su domicilio a la isla caribeña de Barbados, para finalmente establecerse en Panamá, paraíso fiscal donde los herederos del fundador se nombraron beneficiarios directos.
Sin embargo, el nuevo presidente de la Junta de Asistencia Privada para el estado de Puebla, presentó una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, por daños y perjuicios más intereses por 720 millones de dólares en contra de la familia Jenkins, lo que eventualmente llevó al congelamiento de sus cuentas.
De acuerdo con autoridades judiciales capitalinas, desde el pasado 24 de febrero la familia Jenkins se encuentra prófuga de la justicia, ya que un juez libró órdenes de aprehensión en su contra por el delito de lavado de dinero emitidas por este caso, y por la cual podrían ser detenidos en cualquier momento.