El impulso a la investigación clínica es un pendiente en México, pero la pandemia de Covid-19 demostró que los trámites de autorización y vigilancia sanitaria pueden realizarse en un tiempo óptimo para que el país se sume a proyectos relevantes, como han sido el desarrollo de tratamientos y vacunas contra el coronavirus.
Esa experiencia debe trasladarse a investigaciones sobre los padecimientos que afectan a los mexicanos, las cuales ya se llevan a cabo en otros países, afirmó Germán Fajardo, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El problema es que aquí los aspectos administrativos y de regulación sanitaria han sido históricamente una traba para la investigación clínica.
Se requieren mejoras en la normatividad, promover la investigación y la captación de recursos económicos, así como la formación de personal especializado, indicó.
El funcionario participó ayer en el foro Investigación clínica, un aliado en salud pública, en el que planteó la necesidad de contar con una política de consenso sobre los temas esenciales a investigar, entre ellos los aspectos genéticos, ambientales, las enfermedades crónicas que afectan económica y socialmente a la población.
José Daniel Carrillo, director de Investigación del Hospital General de México (HGM), comentó que durante el año pasado, el nosocomio propuso 87 proyectos de investigación relacionados con Covid-19, de los cuales se aceptaron poco más de la mitad, mediante mecanismos ágiles y flexibles, debido al cierre de oficinas.
Aseguró que como resultado de esos proyectos sobre diagnóstico, pronóstico y tratamiento del virus SARS-CoV-2, algunos investigadores del HGM ya han publicado sus resultados en revistas internacionales indexadas.
Fedra Irazoque, investigadora principal del Centro de Investigación y Tratamiento Reumatológico, señaló que durante los meses de la pandemia quedó demostrado que es posible mejorar la eficiencia en los plazos regulatorios.
Alejandra Medina Navarrete, responsable de Desarrollos y nuevos proyectos de la Clínica Bajío, comentó que también hace falta que el país cuente con una base de datos sobre los protocolos de investigación autorizados, donde los pacientes puedan obtener información sobre las terapias en estudio, que podrían ser de utilidad para la recuperación de su salud.
En Estados Unidos existe un listado que administra el gobierno, así como un portal en Internet por cada institución participante. Ahí los enfermos se enteran de los proyectos y los criterios para ser incluidos.