Este martes, durante el octavo día del juicio oral en contra de Juan Francisco P., El Quillo, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) presentó a un testigo que señaló directamente al acusado de ser uno de los autores materiales del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas.
Esta declaración es fundamental para la Feadle, pues se acusa directamente al imputado de dar muerte al corresponsal de La Jornada en Sinaloa, y detalla qué ocurrió con el vehículo Versa color gris en el que se trasladaron quienes perpetraron el homicidio el 5 de mayo de 2017.
La identidad del testigo es protegida “por seguridad”, indicó Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, titular de la Feadle, en entrevista colectiva. “Es un testigo que nos hace el señalamiento que el acusado participó en los hechos y nos da detalles específicos sobre la participación de estas personas”, agregó.
Policías corroboran versión
Durante la audiencia de ayer también declararon policías que corroboraron los dichos del testigo protegido y se prevé que este miércoles se presenten otros declarantes que también señalen a El Quillo como responsable del asesinato.
Según datos dados a conocer en procesos anteriores a este juicio oral, el 28 de julio de 2017 el declarante que compareció ayer señaló a El Quillo, a Luis Ildefonso S., alias El Diablo –ya fallecido– y a Heriberto P., El Koala, como participantes en el homicidio del también cofundador del semanario Ríodoce.
La Feadle informó que en meses posteriores al homicidio, El Quillo y El Koala invitaron a primos suyos a ingerir bebidas alcohólicas en un paraje conocido como La Lomita, en la comunidad San Javier del municipio de San Ignacio, Sinaloa.
Acotó que luego de tomar unas cervezas, El Quillo contó del atentado al comunicador, y la molestia de “gente de (el poblado) Eldorado”, por publicaciones que había hecho.
Según el testigo protegido, El Quillo le mostró un arma plateada con una imagen referente al grupo delictivo Los Dámaso, que entonces se disputaba el control del cártel de Sinaloa con los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, como pago por el crimen.
Afirmó que dos semanas después de ese encuentro, volvió a ver a El Quillo y a El Koala –ya sentenciado a 14 años y ocho meses de prisión por asumir su responsabilidad en el crimen–, quienes le dijeron que debieron quemar el automóvil Versa gris, pues el asunto “se había complicado”.