Cristian San Martín Estrada, cubano de 20 años, llegó a Ciudad Juárez, Chihuahua, el viernes de la semana pasada. Ilusionado, esperaba su pronto ingreso a Estados Unidos como solicitante de asilo. No lo consiguió.

La noche del lunes fue asesinado con varios disparos de arma de fuego cerca del puente fronterizo Paso del Norte, que conduce hacia El Paso, Texas, donde ya lo esperaba su familia.

La oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) informó y condenó este crimen, y llamó a las autoridades a realizar una investigación inmediata y exhaustiva.

“Acnur lamenta profundamente la muerte de Cristian y extiende sinceramente sus condolencias a sus familiares y amigos. Nos entristece que alguien que buscaba protección internacional haya muerto en estas condiciones”, indicó a La Jornada la portavoz de la oficina en México de esa agencia, Silvia Garduño.

San Martín Estrada era uno de los casos activos del programa Quédate en México, que obligaba a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a permanecer en territorio mexicano, sobre todo en regiones fronterizas con altos niveles de inseguridad, hasta que una corte migratoria definiera su situación.

De acuerdo con información de Acnur, el joven cubano fue retornado a México en cumplimiento de esta política, oficialmente llamada Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), en 2019, cuando recién había cumplido la mayoría de edad.

Se asentó en Nogales, Sonora, y recientemente se registró como uno de los 25 mil peticionarios de asilo como caso activo del MPP, luego de la decisión del presidente Joe Biden de cerrar el programa a fin de que los solicitantes esperen la resolución en Estados Unidos y ya no en México.

Cristian no lo consiguió aun cuando estaba a unos días de cruzar. Su asesinato ha generado críticas a la forma en que la administración de Biden decidió cerrar el MPP. Apuntan a que los procesos son poco ágiles y sigue manteniendo a la gente en México, enfrentando varios riesgos.