No ayuda a su propia causa el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, al advertir que debido a lo que se dice en “la máxima tribuna del país” podría declararse la nulidad de los comicios del próximo mes.
Entrevistado por Pascal Beltrán del Río en Imagen Radio, Córdova señaló que “hay un largo conjunto de jurisprudencias y de criterios judiciales en materia electoral que establecen la posibilidad de anular una elección por violación a los principios constitucionales y evidentemente uno de los principios constitucionales es la imparcialidad de los funcionarios públicos”. De ahí pasó a advertir que “el poco apego a las reglas del juego democrático, que linda en la irresponsabilidad, pone en riesgo la validez de las elecciones”. Añadió: “nunca se había visto una descalificación tan estridente, tan directa y tan delicada como la que hoy se está haciendo desde la máxima tribuna del país” (https://bit.ly/2RtbPUc).
Resulta delicado que el autodenominado “árbitro” amague de manera prematura con la anulación de la contienda que habrá de mediar. Más si, como el propio Córdova reconoce, no le correspondería al INE determinar esa hipotética anulación, sino al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Un árbitro debe dar seguridad respecto al partido que tiene en puerta, o denunciar formalmente y con toda oportunidad (ante el propio tribunal electoral federal) los riesgos que contempla, o renunciar a tan importante función arbitral al reconocer que el juego electoral se le ha ido de las manos antes de iniciar el momento cumbre de las urnas.
Ha de suponerse que la radiofónica reconvención de Córdova se refiere sólo a su jurisdicción, la federal. Pero en este como en los ámbitos estatales hay suficientes elementos de preocupación sobre la suerte del proceso electoral en curso. El consejero presidente del INE parece dispuesto a utilizar las cargas negativas que hay en el ambiente para justificar próximos tropiezos o descalificaciones a su labor institucional. Ha de decirse que en terrenos propios de la 4T también se analizan escenarios en que podría proceder la búsqueda de anular ciertos comicios locales y distritales federales.
Así que, en uno de esos giros de una de las elecciones más extrañas habidas hasta ahora, las advertencias de Córdova podrían cumplirse aunque fuera parcialmente y no necesariamente en beneficio del propio consejero presidente.
Por cierto, interesantes los puntos de vista de Bernardo Barranco, especialista en asuntos religiosos, pero también en políticos y electorales. De él se tomó el concepto arriba mencionado de las elecciones tan extrañas, caracterizadas por candidatos “que son un verdadero desastre”, y campañas de odio que no responden a las preguntas claves de la población, centradas en cómo salir de la pandemia y de la crisis económica. Barranco comentó que en estas campañas predominan el encono y la intransigencia. “No hay propuestas, pero sí hay muchas descalificaciones; no hay planteamientos, pero sí hay agravios. Hay una actitud de revancha muy fuerte” (nota y video: https://bit.ly/3v1OxTR).
En Monterrey, en tanto, tres de cuatro candidatos a gobernar Nuevo León, invitados a un debate por el diario El Norte (matriz de Reforma), decidieron ausentarse y dejar solo a Samuel García, el farandulero personaje propuesto por Movimiento Ciudadano. Clara Luz Flores, Adrián de la Garza y Fernando Larrazábal, postulados esencialmente por Morena, Partido Revolucionario Institucional y Partido Acción Nacional, respectivamente, expresaron objeciones, con sus particulares matices, al rol jugado por el citado diario El Norte. Se le acusó de manipulaciones y favoritismo hacia Samuel García, candidato de oquedad intelectual y frivolidad política como las correspondientes a Jaime Rodríguez Calderón, el dizque Bronco, impulsado seis años atrás por ese consorcio mediático siempre deseoso de influir y decidir en la política pública. ¡Hasta mañana!
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