El costo ambiental por el uso de los recursos naturales es mayor que el crecimiento económico, mientras la tasa por agotamiento de agua subterránea ha sido casi de 8 por ciento durante una década en el país, señaló Tonatiuh Herrera, subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental de la Semarnat.
Consumir los recursos naturales y la degradación ambiental tiene un costo de 4.3 por ciento del producto interno bruto (PIB), lo cual contrasta con que el gasto del sector público en los hogares sólo es de 0.6 por ciento, señaló durante el foro virtual la Economía circular en México.
Sostuvo que se debe definir el modelo de crecimiento y de la industria que se desea en el país, pues los datos indican un crecimiento con impacto negativo hacia el medio ambiente, “la degradación ambiental se hace a una tasa mayor a la que crece la economía, esto habla de que hay una parte irracional en lo que hacemos”.
Consideró que debe haber una política integral, con más inversión para mitigar efectos ambientales, donde se insertaría la economía circular como parte de una política más general.
La titular de la Semarnat, María Luisa Albores, dijo que la industria debe asumir su responsabilidad y adoptar un rol consciente en los procesos ambientales, con una producción cuyo enfoque sea circular. Hizo un llamado a la sociedad para unirse a la nueva etapa y contener la “terrible realidad de la contaminación”.
Gustavo Ampugnani, de Greenpeace, señaló que el término “economía circular” es manipulado por la industria, que lo reduce a reciclaje. “Las grandes empresas se echan porras en función de los materiales reciclables que utilizan”. Agregó que la economía circular debe buscar un decrecimiento, lo cual no puede ser sin reducir el sobreconsumo e implica transformar el sistema de raíz.
Mencionó que la contaminación con plásticos de un solo uso requiere de medidas radicales que deben partir de una transformación del modelo de consumo, el cual es excesivo en el uso de materiales que se desechan inmediatamente. Señaló que el reciclaje no se debe privilegiar, pues implica la generación de un residuo que se pudo evitar si se hubiera diseñado para ser reutilizado.
Por su parte, Dolores Barrientos, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se refirió a que “las crisis obligan a pensar en los sistemas que sostienen la economía global” y la economía circular puede contribuir a las grandes metas climáticas de la humanidad. Mencionó que aunque hay avances en la región de América Latina y el Caribe, hay una brecha de financiamiento porque “se quisiera que el sector privado invirtiera más”.