La falta de capacitación y el ambiente laboral son los principales factores que impiden una mayor participación de las mujeres en la industria automotriz, por lo que ese sector tiene el desafío de abrir más espacios para la población femenina, aseguraron autoridades y representantes empresariales.
Durante un foro organizado por la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), Julio Santaella, presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dijo que sólo 3 de cada 10 trabajadores en la industria automotriz es mujer.
Tatiana Clouthier Carrillo, titular de la Secretaría de Economía (SE), subrayó que la pandemia golpeó a las mujeres, segmento que ya presentaba mejoras salariales y avances en temas de inclusión de género. Sin embargo, dijo, “los retos vuelven a ponerse de manifiesto”.
Resaltó que, en general, los hombres tienen 80 por ciento más posibilidades de encontrar un trabajo en comparación con las mujeres, por lo que hay que prestar atención al tema. “Si no somos capaces de incluir a las mujeres en la parte productiva, difícilmente podremos salir adelante”, apuntó.
“Se piensa que la industria automotriz es la más pesada, con más enfoque a la parte masculina. Sin embargo, debemos decir que las mujeres han sacado la casta y han probado ser muy meticulosas, detalladas y rendir mejores resultados”, anotó.
Señaló que es necesario que las mujeres reciban capacitación para participar en este sector manufacturero y reorientar sus habilidades para tener mejores resultados.
Claudia Jañez, presidenta del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), destacó que las mujeres no se emplean en el sector automotriz porque no les gusta el ambiente laboral, “no es un ambiente creado para mujeres”.
Agregó que falta de balance de vida, pues realizan distintas tareas y existe ausencia de horarios flexibles.
Santaella señaló que hasta 2018 había más de un millón 292 mil personas laborando en esa industria. Apuntó que 8 de cada diez mujeres empleadas en el sector reciben una remuneración, mientras que el resto no dependía de la razón social, es decir, estaban contratadas bajo esquemas de outsourcing, situación que comentó cambiará con las reformas laborales.
Santaella señaló que muchas mujeres reportan que no han regresado a la fuerza laboral, porque tienen un contexto u otras obligaciones, otras actividades que se los impide, como es el cuidado de personas enfermas, el cuidado de los hijos o atender a su hogar.
“Antes de la pandemia cerca de 23 millones de mujeres participaban económicamente en la fuerza laboral. Ahora solamente 21.6 millones. Entonces tenemos cerca de un millón y medio de mujeres que no han regresado a buscar trabajo”, dijo.