Por más que se quiera, no podemos decir que lo que se ocultó del país, bajo la máscara de un progreso falso, y que hoy ya conocemos, esté divorciado de la forma de gobierno que nos hemos dado con nuestro voto y que ha ido destrozando, una por una, todas las diatribas con las que se le ha atacado.
Que nadie se llame a espanto, apenas se están empezando a tapar algunos de los hoyos que causó la ambición y el despilfarro: son acciones urgentes para evitar que se hunda el barco, y hay que decirlo en serio, aún no se han identificado todos los males que se causaron al país en 30 años de saqueo, hasta ahora, casi impune.
También hay que dejar en claro que las protestas de quienes se han visto dañados por la honestidad no han tenido éxito. La población no ha acompañado a quienes pretenden seguir sangrando al país, por eso, como algunos políticos despreciables de otros países, han recurrido a la idea de acudir a instancias alejadas del país, en todos los sentidos, para sentirse apoyados.
Pero lo más interesante es que en esas instancias, como la Organización de Estados Americanos, no quieren darse cuenta del fracaso de los demandantes de apoyo que viajan sin el respaldo de la población en donde habitan, y buscan en aquellos lares la aprobación para imponer lo que a sus intereses corresponde.
Sí, no debemos engañarnos a falta de votos limpios, de voluntades claras y de opiniones trasnacionales. Y más, no sólo de opiniones vive la protesta de derecha, se necesitan dólares, muchos dólares que tapicen las veredas electorales. Pero lo malo para ellos es que no se apartan del camino del fracaso.
Las próximas elecciones habrán de arrojar resultados importantes para el país, y seguramente nos dejará una lección de mayor importancia, luego de conocerse los resultados, y esa será la permanencia, con nombres y apellidos, de los partidos políticos que hoy juegan en el área de la elección.
La refundación de los organismos partidistas resulta urgente. PAN y PRI han caído, de forma estrepitosa. Si bien el PRI mantiene algunos simpatizantes y militantes aún con algún sesgo de esperanza, el panismo va en picada, perdió toda credibilidad. Los demás organismos, incluyendo el PRD, son considerados más que como instituciones impulsoras de la democracia, simples negocios, formas de vida de un buen número de personajes que consideran su quehacer un nicho de mercado para sobrevivir en los mejores términos.
Se podría decir que si las mismas mujeres y hombres que hoy están al frente de los partidos conocidos y registrados estarían al frente de organismos con diferente nombre, el ejercicio sería inútil, pero si, en cambio, lo que marcara un camino distinto fuera la transformación de sus principios para hacerlos más acordes con la realidad, tal vez las cosas serían diferentes.
Por cierto, no me olvidé de Morena, ese debería ser el primero en dejar claros sus principios y su filosofía, de los que hoy carece.
De pasadita
El Instituto Electoral de la Ciudad de México lleva a efecto una innumerable serie de debates entre los contendientes a las alcaldías de esta capital.
Y si alguien, por accidente, cae en alguno de los canales o en el canal que trasmite tal cosa, se dará cuenta, sin dudar, que ninguno de los personajes que se insultan, se desmienten, prometen ser los mejores gestores o cualquier otra cosa que se les ocurra de momento, no pueden ni deben ser los gobernantes de sus alcaldías.
Esos debates, para los contendientes, son una especie de suicidio, nadie en sano juicio podría votar por alguno de ellos. Lo malo es que el IECDMX no se ha dado cuenta que bajo los términos en los que se efectúan esos ¿debates?, lo que se alienta es la abstención y, además, se hace un gasto inútil que no produce más que lástimas y coraje.