En Tamaulipas, el principal estado productor de sorgo, si este año la cosecha llega a 50 por ciento de la producción usual, que es entre 1.8 millones y 2 millones de toneladas, “será mucho”. Esto es consecuencia de la prolongada sequía, la falta de lluvias y de agua en las presas, así como por bajos rendimientos.
Ejemplo de la falta de agua es que al distrito de riego 025, el segundo más grande del país, la asignación del líquido fue sólo de 21 por ciento del total de su concesión. Además, en todo el estado, 500 mil hectáreas que se acababan de sembrar resultaron siniestradas por las heladas de febrero, mientras 150 mil hectáreas no se cultivaron por falta de humedad, explicó Relbo Raúl Treviño Cisneros, presidente del módulo de riego del distrito 025 Bajo Río Bravo, en el norte de Tamaulipas.
En entrevista, dijo que a este panorama se agrega que el año pasado la caída en la producción fue de 20 por ciento en este grano, alimento que, al destinarse a la engorda de animales, es básico para la producción de pollo, carne de bovino, de cerdo y leche. “Alimentos que no podemos dejar de comer y son parte de la canasta básica”, señaló.
En contraste con lo que observan los productores del grano en el campo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) estimó que este año habrá una producción de 4 millones de toneladas, una baja de 13 por ciento en la producción, ya que 305 mil hectáreas en el ámbito nacional resultaron siniestradas.
En una nota informativa, precisó que el año pasado la producción de sorgo creció 8.2 por ciento para un total de 4.7 millones de toneladas. Aseguró que en Tamaulipas hubo un incremento en la producción de 4 por ciento, mientras ocho de cada 10 toneladas de sorgo grano que se cosechan en México provienen de Tamaulipas, Guanajuato y Sinaloa.
El país utiliza 5 millones de toneladas de sorgo al año para los sectores avícola y pecuario, de las cuales Tamaulipas aporta 2 millones, el resto del país 1.5 millones, y se importan cerca de 1.5 millones de toneladas, dijo Treviño Cisneros.
La sequía obligó a que, de la concesión de líquido para riego por parte de la Comisión Nacional del Agua para el distrito 025 que alcanza para dar 2.3 riegos a 200 mil hectáreas, el año pasado sólo se autorizara 50 por ciento del volumen de agua, lo que se reflejó en una pérdida de 20 por ciento en la producción.
Aunque este año la situación fue peor. “Tuvimos una asignación de agua de 21 por ciento de lo que regularmente se asigna al distrito. Esto sirve para regar 98 mil hectáreas de 200 mil”, explicó. Recordó que las heladas de febrero en la región dejaron una pérdida total en 500 mil de las 850 mil hectáreas de sorgo, maíz y algodón que se cultivan en el estado.
Señaló que el gobierno federal ha retirado todos los apoyos al campo, “a nivel internacional los países subsidian los granos básicos (maíz, trigo, sorgo, soya) pues al ser la base para producir la canasta básica, son los que alimentan. Los gobiernos se deben preocupar por mantener un equilibrio en esta canasta para que no se disparen los precios”.
El último apoyo en México fue el ingreso objetivo, un precio mínimo de referencia por tonelada de maíz o sorgo que se quitó hace dos años. “Estamos al libre albedrío de los precios internacionales, que los fija Estados Unidos por ser el principal productor de granos en el mundo”.