Ciudad de México. El arte contemporáneo que en la actualidad producen los artistas nacidos en República Dominicana plasma no sólo el color y el dinamismo del Caribe. También surca territorios oníricos o muestra personajes que se mimetizan con la naturaleza, a veces sobrios y monocromáticos, pero siempre a la búsqueda de nuevos lenguajes plásticos.
Así son las obras que conforman la exposición Una isla en otro mapa, la cual inaugura las actividades de la Casa de la Cultura Dominicana que por primera vez abre sus puertas en México. Se trata de una iniciativa de la embajada de aquel país para apoyar a sus creadores, comenzado con los que radican en territorio mexicano.
Las piezas seleccionadas “expresan la experiencia de vivir en el continente, por supuesto con relación a los matices de la insularidad; sobre todo, muestran la calidad y vanguardia del arte contemporáneo dominicano, el cual mezcla tendencias y estilos”, explica en entrevista la embajadora de República Dominicana en México María Isabel Castillo, quien desde enero tiene bajo su responsabilidad esa encomienda diplomática.
Participan en la muestra América Rodríguez, Daysi Báez, Kamalky Laureano, Niurka Guzmán, Madeline Jiménez, Dorit Weil, José Francisco Báez Ferreira, Javier Reyes y como invitado el mexicano José Luis Bustamante.
Los primeros cinco son jóvenes dominicanos con más de una década viviendo en México. Estudiaron en la reconocida escuela de arte de Altos de Chavón, en su país natal. Ganaron becas para continuar su preparación en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México y “conforman un grupo que ha aportado mucho al arte nacional; se quedaron aquí produciendo, instalados en diversos estados”, cuenta la embajadora.
Weil y Báez Ferreira tienen mayor trayectoria y más de tres décadas afincados en el país, añade Castillo, mientras Javier Reyes “es diseñador, vive en Oaxaca y trabaja con artesanos zapotecos en la investigación de patrones ancestrales y técnicas tradicionales de textiles y cestería. Completa nuestra selección el mexicano José Luis Bustamante, quien vivió mucho tiempo en República Dominicana y tiene obra allá.
Reconstrucción de identidad
“A su manera, cada artista reconstruye nuestra identidad dominicana; por ejemplo, América Rodríguez creció en La Romana, cerca del mar, y vemos esa influencia en sus grabados, entre peces y los recuerdos de los encajes de su abuela. Madeline Jiménez, artista y curadora de esta exposición, comenzó hace mucho a tomar medidas de su cuerpo, de su nariz, de sus dedos, de la longitud de sus brazos, con esos datos y basándose en la geometría, reconstruye su identidad desde lo abstracto, para alejarse de estereotipos.
“Báez Ferreira vive en Guadalajara; en su singular obra se ve el color, la forma, el dibujo, y propone algo que él llama lo mesoameritaíno, en referencia a nuestros indígenas dominicanos, que eran los taínos, mezclado con raíces mesoamericanas. Él se describe como arqueólogo artístico.”
La embajadora Castillo explica que la artista Daysi Báez vive en Cancún, y en su obra se aprecian “los frescos colores del mar dominicano. Luego tenemos a Niurka Guzmán, quien emplea tonalidades fuertes, las cuales también tienen que ver con la alegría y fuerza del Caribe. También está la obra hiperrealista de gran formato de Kamalky Laureano”.
Es así como estos creadores se suman a los grandes pintores dominicanos que “durante el siglo XX integraron el universo plástico del país y que de alguna manera abrieron la modernidad, aportando grandes obras al arte contemporáneo universal, como Celeste Woss y Gil (1890–1985), la primera que le dio un lugar a la mujer en el arte moderno dominicano; Jaime Colson (1901-1925), quien también vivió en México, donde creó obras que luego se llevó a la isla y nunca más han regresado.
“Otro de los proyectos de mi gestión será dedicar una exposición a este pintor, para traer esos cuadros, pues los críticos opinan que la etapa mexicana de Colson reflexiona, precisamente, acerca de cómo influye y se vive el venir de las Antillas y crear en tierra continental.”
La idea es que Una isla en otro mapa se mantenga abierta de manera semipermanente, que cambie cuando se incluya a algún otro artista dominicano o renovarla por lo menos dentro de un año, concluyó la embajadora. El público en general puede visitarla de manera presencial previa cita o solicitar el catálogo digital a través de la siguiente dirección de correo electrónico: embajada@embadom.org