El bitcóin, la moneda virtual con mayor valor acumulado, es el activo que genera más contaminación ambiental, pues para su mantenimiento se emiten al año 22 megatones de carbono, equivalente al consumo energético anual de Egipto.
El jueves pasado Elon Musk, el segundo hombre más rico del mundo según Forbes, colocó sobre la mesa de discusión la huella de carbono de la criptomoneda, pues por el alto impacto medioambiental dejará de aceptarla como forma de pago para los vehículos de Tesla.
Un estudio de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) señala que el bitcóin produce alrededor de 22 megatones en emisiones de CO₂ por año, cantidad equivalente a las emisiones totales de la ciudad de Hamburgo o de Las Vegas.
Los investigadores señalan que el consumo de energía asociado al bitcóin es real, pues para ejecutar y validar una transferencia de la criptomoneda es necesario resolver un rompecabezas matemático a través de una computadora.
“La capacidad informática utilizada en este proceso, conocida como minería de Bitcoin, ha aumentado rápidamente en años recientes. Las estadísticas muestran que se cuadruplicó sólo en 2018”, destacaron.
La investigación resalta que 68 por ciento de la potencia informática de la red que utiliza la moneda virtual se encuentra en países asiáticos, 17 por ciento en Europa y 15 por ciento en América del Norte.
Gabriela Jiménez, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, señaló en entrevista que la cantidad de carbono emitido al medio ambiente se debe al uso de la energía que se requiere para mantener el equipo utilizado en las tranferencias de bitcoines.
Explicó que se tratan de máquinas “grandes, muy poderosas que consumen mucha energía”, las cuales requieren de combustible fósil, como la generada por el carbón, para estar encendidas, pero también para mantenerlas en lugares fríos, los cuales requieren contenedores de agua y equipo eléctrico.
Apuntó que por las dimensiones de los equipos, pueden ocupar el espacio de una manzana de alguna colonia de la Ciudad de México.
Datos del Índice de Consumo de Electricidad de Bitcóin, de Cambridge, señalan que el uso energético por año de la criptomoneda es de 150.04 teravatios/hora cada año, monto equivalente al consumo energético de Egipto o Polonia.
El dato representa 56 por ciento del consumo de electricidad de México por año. Con esa cantidad de electricidad la Universidad británica de Cambridge podría satisfacer sus necesidades energéticas por 853 años.
Un reporte del Centro de Finanzas Alternativas de esa casa de estudios indica que aproximadamente 29 por ciento de la minería de datos que hace la red de bitcóin es impulsada por energías renovables, mientras el resto es por energías de origen fósil, sobre todo en Asia, donde el estudio de TUM ubica la mayor parte de las operaciones informáticas.
Industria sucia
Jiménez señaló que el sector tecnológico no sólo es sucio por generar basura con la constante evolución de equipo, sino también por la cantidad de emisiones de CO₂ que produce mantener la información en la “nube”.
Señaló que la “nube” es una metáfora, porque en realidad se trata de algún servidor que se encuentra en alguna parte del mundo, el cual requiere energía para estar encendido y mantener una temperatura adecuada.
“Es una contradicción, en el sentido de evolución tecnológica y es el pago que estamos haciendo por tener esa tecnología.”
Señaló que cuesta trabajo calcular el impacto ambiental de todas las aplicaciones virtuales, porque son intangibles, pero se estima que un correo electrónico que sólo contiene texto emite 50 gramos de CO₂, cantidad que se modifica si contiene archivos.
“En un país como México, este tipo de aplicaciones pueden estar generando hasta 35 mil toneladas de CO₂ al día”, dijo.