La puntualidad, precisión, organización y atención al detalle, características asociadas con la industria relojera suiza, se ven reflejadas en Diseño a toda hora/Design Around the Clock, exposición en el Museo Franz Mayer, en el contexto de los 75 años de relaciones diplomáticas entre Suiza y México.
Los 26 piezas de relojería, 15 de pulsera, tres de mesa y ocho reinterpretaciones del reloj Cucú, fueron diseñados entre 2015 y 2020 por estudiantes y graduados de la Universidad de Arte y Diseño de Ginebra (HEAD-Geneve), institución con una cátedra especializada en diseño de relojes única a escala mundial.
Para la exhibición de las piezas se crearon pequeñas burbujas de acrílico en cuyo interior están los relojes de pulsera. Se hacen acompañar de una lupa que permite al público acercarse. La exposición se complementa con videos en los que se recorre el proceso de creación.
Alejandra de la Paz, directora del Museo Franz Mayer (avenida Hidalgo 45, Centro Histórico), recordó en rueda de prensa virtual que el diseño suizo ha estado presente en distintos momentos en el recinto. Además, al recinto le importa continuar siendo “una plataforma que vincule el ejercicio profesional de diseño con quienes estudian para ser diseñadores”, agregó.
Eric Mayoraz, embajador de Suiza para México y Belice, reiteró que su país es productor de relojes por tradición. Cada año se fabrican 20 millones de piezas que representan sólo el 2 por ciento de los relojes fabricados en el mundo; sin embargo, al mismo tiempo, representa 50 por ciento del valor del mercado mundial de la relojería.
El diplomático apuntó que esta es la tercera industria exportadora de Suiza, y México es el principal mercado de relojes suizos en América Latina. En 2019, los relojes representaron 15 por ciento de las exportaciones de Suiza hacia México.
De acuerdo con Mayoraz, la relojería es uno de los símbolos suizos más emblemáticos, que conlleva conocimiento técnico y precisión. Los orígenes de esta industria se remontan a mediados del siglo XVI en Ginebra, cuando el reformador Juan Calvino prohibió el uso de joyas. Como resultado, los orfebres se dedicaron a la relojería por ser una herramienta útil.
Este arte, no obstante, tuvo que adaptarse constantemente para seguir la evolución de la sociedad, anotó el embajador. El primer reloj de pulsera se fabricó en 1926. Siguieron otras innovaciones, como el primer reloj de cuarzo. Los años 70 y 80 del siglo pasado fueron críticos para la industria suiza ante el surgimiento del mercado japonés y la aparición de relojes de pulsera electrónicos, pero se recuperó con el invento del modelo Swatch, de plástico y más barato.
Jean-Pierre Greff, director de HEAD-Geneve, señaló que los 26 relojes fueron seleccionados con el objeto de presentar “los mejores proyectos diseñados por nuestros jóvenes talentos, muchos de ellos ya diseñadores consolidados”. La cátedra de relojes está dentro de la carrera de joyería y accesorios y cada año acepta entre 15 y 20 estudiantes. Es de tres años y se puede cursar una maestría de dos años.
La exposición se acompaña por actividades paralelas, cuya información está disponible en la página franzmayer.org.mx. La muestra permanecerá hasta el 8 de agosto.