Ciudad de México. Tras la agresión sexual que sufrió a finales del mes pasado, supuestamente cometida por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), una habitante de Nuevo Laredo, Tamaulipas, decidió continuar con la denuncia legal correspondiente, a pesar del miedo que aún siente por los mencionados hechos y la campaña de desprestigio que dice estar enfrentando.
En entrevista con La Jornada, “Miriam” –quien pidió no mencionar su nombre completo, por motivos de seguridad—narró las circunstancias en que habría sido atacada por soldados la madrugada del 25 de abril y las secuelas emocionales que le ha dejado la agresión.
“A veces me levanto pensando que vienen por mí”
“(Ese día) iba saliendo de mi trabajo, hablando por teléfono con mi pareja, cuando miro que me jalan y ni vi ni supe quién era, porque estaba muy oscuro. (Los atacantes, a quienes después identificó como soldados) Nomás me decían ‘pinche halcona’, de ‘halcona’ (informante de grupos delincuenciales) no me bajaban, cuando yo trabajo honradamente de mesera”, contó.
“Les dije ‘vamos a mi trabajo, para que miren lo que hago’, pero me estaban pegue y pegue, dando de chingazos hasta con el casco. Me rompieron la pulsera que nos ponen para trabajar, me la quitaron”.
La mujer admitió que tras el ataque sufrido “yo no quería denunciar, del mismo miedo que yo tenía, pero mi patrona me dijo que fuera, porque ellos (los militares) se quedaron con mis credenciales y mis cosas y podían venir por mí. Los del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL) me acompañaron a poner la denuncia. Por eso tuve valor”.
Tras lo ocurrido, “me quedé traumada con esto. A veces me levanto pensando que alguien viene por mí; me levanto a veces llorando y no puedo ni dormir. En la calle siento que me van a parar, que me van a volver a subir. Sí he regresado a trabajar, pero le aviso a mi hermana para que vayan por mí y me salgo hasta las 7 u 8 de la mañana”, cuando ya hay luz de día.
Aunque considera que la denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) “ahí va, más o menos avanzando”, la mujer señaló que ella y los activistas que la representan han sido blanco de campañas de desprestigio.
“Ya no se sabe ni de quién tener miedo, si de los soldados o de la otra gente (los delincuentes). Los huachos han hecho muchas cosas aquí, ¡que pongan cuidado con ellos, porque este no es único caso! Quieren que quite mi caso, pero no puedo, porque ya se subieron dos videos (del día y la hora de la agresión), y en uno se ve que golpean bien feo a un muchacho”, recordó.
“Miriam” enfatizó: “lo que quiero es justicia, porque si no, le van a hacer lo mismo a otros. Van a volver a hacerlo con otras muchachas si uno no le pone su alto a ellos”.
El pasado 5 de mayo, consultadas sobre el tema, fuentes del gobierno federal señalaron que realizan “las investigaciones correspondientes para determinar la veracidad de los hechos, y si se encuentra algún indicio de presunta responsabilidad, se dará vista al Ministerio Público del fuero común”.
Nuevo Laredo, escenario constante de abusos castrenses: activistas
Como se informó en este diario (5 de mayo de 2021), el presidente del CDHNL, Raymundo Ramos, informó que la Fiscalía de Tamaulipas declinó su competencia en este caso ante la FGR, la cual inició la carpeta de investigación FED/TAMP/NVO.LAR/0000819/2021. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ya inició un expediente de queja en contra del personal de la Sedena en Nuevo Laredo.
El activista y abogado señaló que el organismo a su cargo logró obtener videos de casas o negocios cercanos al lugar donde “Miriam” fue detenida, los cuales confirmarían la presencia de militares en el lugar y la hora señaladas por la víctima.
Además de lo anterior, hay un testigo presencial que, en el momento del ataque, se encontraba a unos 100 metros del lugar donde fue detenida la mujer, y que también habría sido aprehendido y golpeado por los elementos castrenses.
Ramos enfatizó que lo ocurrido el 25 de abril no ha sido la única violación de derechos humanos en la que estarían involucrados los elementos del 16 Regimiento de Caballería Motorizada, pues los soldados de esa unidad habrían participado en al menos seis ejecuciones extrajudiciales de diciembre de 2019 a la fecha.
En esa misma ciudad fronteriza, recordó, ocurrió una “ola” de 45 desapariciones forzadas supuestamente cometidas por elementos de la Secretaría de Marina entre febrero y mayo de 2018. De ese total de casos, dos víctimas –una mujer y un menor de edad—aparecieron con vida, 22 fueron halladas muertas y 21 más continúan sin ser localizadas.
Por ese caso, ya hay 30 marinos detenidos por la FGR, los cuales están siendo investigados para determinar su participación en los hechos.