Washington. La Casa Blanca afirmó ayer que los reportes de prensa sobre niños inmigrantes retenidos en autobuses durante días antes de ser reunidos con sus familiares son indignantes y son investigados.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que no hay excusa para una situación así.
El jueves, la cadena NBC denunció que menores no acompañados por sus padres permanecían día y noche a bordo de autobuses en un estacionamiento fuera del centro de convenciones Kay Bailey Hutchinson, en Dallas, Texas. En los vehículos, los menores comían e iban al baño, sin poder ducharse, informó el dueño de la compañía MVM, una de las concesionarias de los autobuses.
Los niños eran enviados a vivir con familiares o en hogares de acogida. Uno de estos parientes indicó que un menor de 15 años identificado como Joel, de Honduras, a quien recibirían, permaneció en el vehículo estacionado desde un sábado al miércoles siguiente antes de emprender el largo recorrido hasta Seattle.
Los familiares de Joel narraron su desesperación, pues los Servicios de Salud y Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) les notificaron que el menor llegaría al estado de Wa-shington el lunes y debían esperar instrucciones para recogerlo, pero pasaron los días y no recibieron más noticias.
Finalmente, Joel los llamó desde un teléfono prestado y les informó que se encontraba varado en un estacionamiento en Dallas. “Estaba llorando. Dijo que se sentía enfermo porque tenía mucho tiempo ahí”, relató Elvin, familiar del joven que pasó 42 días bajo el cuidado del HHS.
NBC entrevistó además al propietario de MVM, quien permaneció anónimo y aseguró que el contrato especifica que los menores permanecerán en los vehículos el menor tiempo posible, pero lo que sucedió es que los encargados de los niños esperaban a que cada unidad se llenara antes de que ésta partiera a su destino.
Tan pronto como se difundieron estas acusaciones, los autobuses desaparecieron del estacionamiento en Dallas.
En un comunicado, el secretario de la HHS, Xavier Becerra, afirmó que este hecho “es completamente inaceptable. Investigaremos rápidamente para llegar al fondo de lo ocurrido y trabajaremos para garantizar que algo así no vuelva a suceder. La seguridad y bienestar de los niños es nuestra prioridad”.
No está claro cuántos menores estuvieron varados ni por cuánto tiempo. Joel sólo declaró que había “muchos niños”. El dueño de MVM sostuvo que las unidades estaban repletas de basura y sobras de alimentos y los baños estaban desbordados.
Un memorando de la Oficina de Reubicación de Refugiados, dependiente de la HHS, dio instrucciones de pagar boletos de avión a niños que debían ser enviados con familiares o tutores, por lo que ayer un vocero admitió que, pese a estas órdenes, todavía se usan autobuses “para trasladar a los menores a aeropuertos”.
MVM afirmó que en las pasadas siete semanas prestó sus servicios para transportar a más de 7 mil 100 menores, y que los contratistas violaron las políticas de la empresa, que estipula que un autobús permanecerá cuando mucho cuatro horas estacionado en un lugar.
El grupo defensor de migrantes Every Last One afirmó, por conducto de su directora ejecutiva, Amy Cohen: “Que nuestro gobierno al parecer considere apropiado obligar a niños vulnerables a permanecer arrumbados a bordo de autobuses durante días –sin camas ni acceso a instalaciones sanitarias apropiadas, duchas, ropa limpia y alimentación adecuada– es sumamente perturbador y representa una violación a los derechos humanos básicos” de los menores.