Kurt Cobain cumplió 27 años de muerto el pasado 5 de abril. El líder de Nirvana lleva el mismo tiempo vivo que muerto, aunque inevitablemente esas cifras volverán a alejarse. Por eso, tal vez, en ese aniversario la banda ha vuelto a llamar la atención de seguidores y medios de comunicación.
Además de la venta de la última sesión de fotos de Cobain en el nuevo formato de encriptación, NFT, están las demandas a la banda por presuntamente infringir los derechos de autor de una ilustración de 1949 que aparece en su mercancía, el anuncio de la subasta de seis mechones del cabello de músco, cortado en 1989, así como el archivo que la FBI abrió para investigar su muerte.
El archivo, puesto a disposición pública por primera vez, consta únicamente de 10 páginas. A pesar de lo breve del documento, dos piezas han llamado la atención. Se trata de dos cartas enviadas a la FBI pidiéndole investigar la muerte de Cobain como asesinato, no como suicidio.
“A millones de fans alrededor del mundo les gustaría ver las inconsistencias en torno a su muerte aclaradas de una vez por todas”, se lee en una carta fechada en septiembre de 2003. En ella también se cita el documental Kurt & Courtney como un ejemplo de escepticismo similar.
La otra carta, cuyo autor también se mantiene en el anonimato, es de 2007. “La policía que tomó el caso nunca fue muy seria en investigarlo como asesinato y desde el principio insistió en que se trataba de suicidio. Esto me molesta mucho porque su asesino sigue ahí fuera...”, se lee. En la misiva también se asegura que la nota dejada por Cobain “no menciona nada acerca de querer morir, excepto por la parte que estaba escrita con otra caligrafía y parecía haber sido añadida al final”.
Las respuestas dadas por la FBI también se encuentran en el archivo. “Apreciamos su preocupación sobre que el señor Cobain pudo haber sido víctima de un homicidio”, se lee casi idéntico en ambas cartas. “Sin embargo, la mayoría de las investigaciones sobre homicidios entran bajo la jurisdicción del Estado o las autoridades locales”. Las respuestas concluyen así: “Somos incapaces de identificar violaciones a la ley federal dentro de la jurisdicción investigativa de la FBI”.
Otra carta aclaratoria
Dentro del archivo de Cobain se encuentra otra carta aclaratoria, similar a las anteriores, aunque no se incluye el documento que originó la respuesta. Esta vez, dirigida a la ex procuradora general, Janet Reno, en 2000.
En los documentos sobre el caso también hay pedazos de fax enviados en enero de 1997 a las oficinas del FBI en Los Ángeles y Washington, así como a varios ejecutivos de la cadena NBC. Dichas páginas incluyen un párrafo que resume una serie de teorías, entre las que se encuentra la que involucra a “Tom Grant, un investigador privado y antiguo sheriff de condado en Los Ángeles” y sus suposiciones de que la sentencia de suicidio fue “un juicio apresurado”, y alega que “ha encontrado una serie de inconsistencias, incluyendo cuestionamientos sobre la presunta nota de suicidio”, lo que creía que era “una carta de retiro dirigida a los fans de Cobain”.
Grant fue contratado por Courtney Love antes de la muerte de Cobain para investigarlo tras haber abandonado su rehabilitación, y él la acusó de ser responsable del asesinato.