Roma. El papa Francisco sumó el viernes su voz al coro de alarma sobre la crisis demográfica en Italia, al exhortar al gobierno a implementar políticas que provean la estabilidad financiera necesaria para alentar a los jóvenes a quedarse en el país y tener familias.
Francisco se unió al primer ministro Mario Draghi en una conferencia para llamar la atención a la tasa precariamente baja de natalidad en Italia, que Draghi advirtió estaba haciendo lentamente que “el país deje de existir”.
El año pasado, Italia registró 404.000 nacimientos, el menor número desde su unificación en 1861, empeorando una consistente declinación que ha hecho que la tasa de fertilidad italiana sea una de las más bajas en Europa.
Con el alza en las muertes causada por el COVID-19 en el 2020, el déficit entre nacimientos y muertes el año pasado llegó a 341.000, la mayor brecha desde la pandemia de influenza en 1918 y el equivalente a haber perdido una ciudad del tamaño de Florencia.
“Una Italia sin niños es una Italia que no tiene un sitio en el futuro”, advirtió Draghi. “Una Italia que está lentamente dejando de existir”.
El papa elogió la creación reciente de una bonificación para familias luego de cada niño nacido, diciendo que es una forma concreta de solidaridad con las familias necesitadas. Alentó políticas a largo plazo centradas en las familias para darles a las familias jóvenes esperanza y confianza en que podrán sostenerse a lo largo de los años.
“Es urgente ofrecerles a los jóvenes las garantías de un empleo suficientemente estable, la seguridad de tener un hogar e incentivos para no dejar el país”, dijo Francisco.
Italia tiene la segunda población más vieja del mundo y una de las tasas de fertilidad más bajas en Europa, con 1,27 nacimientos por mujer, comparada con el promedio de la UE de 1,53, de acuerdo con cifras de Eurostat.