Un análisis de especialistas de la Universidad Iberoamericana (Uia) y de la Sociedad de Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ, por sus siglas en alemán) arrojó que son pocos los Servicios Médicos Forenses (Semefos) que utilizan el padrón de huellas dactilares del Instituto Nacional Electoral (INE) en sus procesos de identificación de personas desaparecidas.
El grupo de investigación halló que, hasta agosto de 2020, sólo los Semefos de la Ciudad de México, Jalisco y Tamaulipas habían usado esta herramienta, aunque desde 2016 hay un convenio que permite y regula el intercambio de datos. “Por omisión o por desconocimiento, por indiferencia o por ausencia de voluntad, las otras entidades no cotejan información biométrica con el padrón del INE”, dijo Diego García Ricci, coordinador de la Especialidad en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de la Uia.
Expuso que México atraviesa por una crisis forense por las altas tasas de homicidios, cuerpos sin identificar y fosas clandestinas, además de que en los servicios periciales se observa alta carga de trabajo; los Semefos no han digitalizado sus procedimientos de obtención de huellas dactilares, como lo hace el INE, y falta infraestructura informática para facilitar los cruces de datos.
Indicó que si bien el padrón de información personal del instituto no fue pensado con perspectiva forense, podría ser de mucha utilidad para solucionar esta crisis de dimensiones humanitarias.
El grupo de especialistas, en el que también participaron Claudia Cote y Maximiliam Murck, de GIZ, reportó que en México hay 80 mil personas desaparecidas y 39 mil cuerpos sin identificar.