Los gobiernos de México y Estados Unidos reformularán su estrategia bilateral de seguridad, según acordaron ayer funcionarios de alto nivel de las administraciones de Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, durante la primera reunión binacional sobre el tema tras la llegada del demócrata a la presidencia.
El encuentro se realizó de manera presencial y a puerta cerrada en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en la Ciudad de México.
Asistentes al intercambio informaron a La Jornada que el objetivo fue establecer las bases para alcanzar un nuevo enfoque en la materia, que pasará de una visión meramente de seguridad –como se estableció en administraciones pasadas– a un modelo integral que atienda las causas de la violencia y de las adicciones.
Con esta nueva visión, destacaron, se transformarán las maniobras establecidas anteriormente, basadas en la persecución y detención de miembros de bandas criminales y el apoyo de Estados Unidos a México en equipo, tecnología y capacitación para las corporaciones de seguridad. “La nueva orientación incluirá el impulso de políticas sociales”.
Ambas delegaciones coincidieron en que las prioridades en la materia son: reducir la violencia generada por el crimen organizado; atacar su modelo de negocio; combatir el trasiego de narcóticos, su venta en Estados Unidos y la llegada de precursores; impactar la infraestructura financiera de estos grupos que operan en las dos naciones; impedir el aprovisionamiento y tráfico de armas ilícitas y atender las adicciones como un problema de salud pública.
En un comunicado conjunto, la SRE y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informaron que durante la reunión se convino continuar el trabajo a distintos niveles “para reformular la cooperación binacional y dar pie a un esquema basado en la inteligencia contra el modelo de negocios del crimen organizado, así como de atención a las causas de la violencia y de las adicciones, con metas medibles y acciones binacionales concretas”.
El gobierno de Estados Unidos detalló que el diálogo se centró en “temas de interés común” en el área de seguridad y de las tácticas de cooperación en el futuro. “Se acordaron vías de colaboración para eliminar la violencia, reducir el flujo y el consumo de drogas ilegales, así como para mermar a los grupos del crimen trasnacional”.
Con esta reunión se restablecieron los canales de comunicación y confianza bilaterales que se cimbraron cuando la administración del ex presidente Donald Trump detuvo –en octubre pasado– a Salvador Cienfuegos, ex titular de la Defensa Nacional, acusado de presuntos nexos con el narcotráfico.
Los funcionarios consultados señalaron que el diálogo de ayer “se desarrolló en términos cordiales. Hay otro gobierno (en la Casa Blanca) y comienza una nueva relación. Los puentes están restablecidos”.
La delegación mexicana fue encabezada por el canciller Marcelo Ebrard y la titular de la SSCP, Rosa Icela Rodríguez, quienes fueron acompañados por miembros de la Marina, la Defensa y la Guardia Nacional. Por la representación estadunidense acudieron el director principal para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, y el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en México, John Creamer, entre otros.
En un videomensaje tras concluir los encuentros, el director general para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco, aseveró que las acciones “se deberán traducir en beneficios concretos para la vida y la integridad de los pueblos de ambas naciones. El objetivo es tener paz y salud”.