Ixtapaluca, Méx. Mientras describe los estragos que provocó la tormenta que se abatió durante la tarde y noche del miércoles en la zona oriente del estado de México, Rosa María Camacho abre las puertas de los muebles donde deberían estar sus utensilios de uso diario y salen chorros de agua pestilente. La escena es desoladora en su hogar, pero fuera también.
En la calle Buena Vista se observan los rostros desesperados de quienes se encuentran en los techos de sus viviendas, esperando que las autoridades desazolven la red de drenaje para que baje el nivel del agua en sus moradas.
La corriente bajó de los cerros y convirtió en ríos las calles de Lomas de San Isidro, Lomas de San Sebastián, Cerro de El Elefante y toda la zona serrana de Ixtapaluca. El agua anegó negocios, viviendas, plazas comerciales y lo que encontró a su paso en las zonas bajas.
De inmediato se saturó la red de drenaje y las aguas negras brotaron de alcantarillas, registros y hasta de los sanitarios en las viviendas.
En un instante la familia Camacho perdió todo su patrimonio: estufa, alacena, trastos, refrigerador, camas y demás enseres, pero también la herramienta y el equipo del negocio del que se sostiene: una vulcanizadora en la que gatos hidráulicos y la compresora quedaron bajo las aguas negras.
Dieciocho horas después del aguacero, la vulcanizadora continuaba anegada. “Mis gatos, con los que he trabajado toda mi vida, ahora están bajo el agua”, lamenta el dueño del taller.
La lluvia también causó daños en otras localidades, entre ellas Amecameca, Chalco, La Paz y Valle de Chalco. La inundación obligó a cerrar parcialmente las carreteras federales México-Texcoco y México-Puebla, además de la autopista que enlaza estas dos ciudades.
A unos metros del taller, en la calle Colibrí, está la vivienda de Catalina Camacho. También lo perdió todo: sus muebles están bajo el agua desde la tarde del miércoles. Ve pasar maquinaria y brigadas de trabajadores que intentan desalojar las aguas negras, pero nadie ha tocado a su puerta para ofrecerle ayuda.
Benjamín Cruz tuvo que lavar el patio de su casa y la cisterna. Asegura que en menos de dos horas toda la colonia Alfredo del Mazo se inundó.
Esta comunidad, ubicada a un costado de la autopista México-Puebla, está desolada. Ni un solo candidato de partido político alguno estuvo en estas calles para hacer proselitismo con miras a las elecciones del 6 de junio.
“No tuvimos oportunidad de salvar la mayoría de las cosas y las que rescatamos no tenemos dónde guardarlas porque estamos entre el agua”, dice una de las damnificadas.
La lluvia anegó un tramo de la autopista México-Puebla y la Guardia Nacional sector caminos cerró durante cinco horas la circulación con dirección a la capital del país.
El paso se reabrió cuando el tirante del agua bajó y dejó libre un carril. El cuerpo de bomberos utilizó lanchas para transportar a los vecinos.
En las carreteras federales México-Puebla y México-Texcoco se usaron las camionetas de seguridad pública para transportar a las personas afectadas. Vecinos del poblado de Ayotla, de la colonia 20 de Noviembre, de las unidades habitacionales Geo Villas de Santa Bárbara, Cuatro Vientos y San Buenaventura también resultaron perjudicados.
Durante horas quedó paralizado el servicio de transporte público de furgonetas y microbuses; también se vio interrumpido el servicio de la línea A del Metro Férreo porque el tramo entre las estaciones Santa Martha y Los Reyes quedó inundado. En La Paz, viviendas de la zona del Valle de Los Reyes quedaron bajo el agua.
El servicio del Metro se restableció la mañana del jueves, pero en las casas las aguas permanecían y se extendieron hasta los límites con la alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México.
La lluvia del miércoles duró hasta pasada la medianoche y afectó viviendas en otros municipios, incluidos Amecameca y Chalco.
En Valle de Chalco el canal Acapol provocó estragos en moradas de la colonia Xico tercera sección. Durante gran parte del día, brigadas del gobierno estatal y autoridades locales desazolvaron los cauces de las aguas de esta región.