Washington. Los estadunidenses presentaron una menor cantidad de nuevas solicitudes de subsidio de desempleo de las previstas la semana pasada porque las empresas se aferraron a sus trabajadores cuando hay una creciente escasez de mano de obra que contribuyó a frenar el crecimiento del empleo en abril.
La lucha por los trabajadores ocurre en un momento en que la economía está experimentando un auge de la demanda, lo que provoca una escasez generalizada de insumos en las fábricas y aviva la inflación.
Los precios al productor aumentaron más de lo previsto en abril, lo que supuso la mayor alza anual desde 2010, según otros datos del jueves. Mientras, la inflación al consumidor fue en abril de 0.8 por ciento, la mayor en 12 años. A tasa anual fue de 4.2 por ciento, el registro más alto desde septiembre de 2008.
Las solicitudes iniciales de subsidios de desempleo estatales cayeron en 34 mil hasta una cifra de 473 mil, en la semana que terminó el 8 de mayo, según el Departamento de Trabajo.
La cifra fue la más baja desde mediados de marzo de 2020, cuando se impuso el cierre obligatorio de los negocios no esenciales para frenar la primera oleada de contagios del Covid-19.
A pesar de que las ofertas de trabajo alcanzaron la cifra récord de 8.1 millones y de que casi 10 millones de personas están oficialmente desempleadas, las empresas tienen dificultades para encontrar mano de obra y los despidos están en mínimos históricos.
Reapertura económica acelera la carestía
Algunas personas están encontrando trabajo, mientras que otras están agotando su derecho a las prestaciones, limitadas a 26 semanas en la mayoría de los estados. Alrededor de 5.3 millones de personas recibieron prestaciones ampliadas durante la semana que finalizó el 24 de abril.
El gobierno ha proporcionado millones de dólares en ayuda para la pandemia durante el año pasado. Más de un tercio de la población se ha vacunado completamente, lo que ha llevado a muchos estados a levantar la mayoría de las restricciones de capacidad de las empresas.
El enorme estímulo fiscal y la mejora de la salud pública han desencadenado un auge de la demanda que está presionando contra las restricciones de la oferta, lo que ha provocado una aceleración de la inflación.
En los 12 meses transcurridos hasta abril, el índice de precios al productor se disparó 62 por ciento. Se trata de la mayor subida interanual desde que se renovó la serie en noviembre de 2010 y sigue a un aumento de 4.2 por ciento en marzo.
“Las presiones inflacionistas están aumentando debido a la reapertura de la economía, los problemas de la cadena de suministro y la escasez mundial de semiconductores”, dijo Ryan Sweet, economista senior de Moody's Analytics en West Chester.