En los dos últimos años de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, en los que el país realizaba importaciones récord de gasolinas, Petróleos Mexicanos (Pemex) decidió vender dos plantas de hidrógeno, instalaciones esenciales para los procesos de producción de combustibles, reveló información oficial.
Fue un negocio redondo para las empresas que compraron las plantas, una francesa y la otra alemana. En tres años y medio transcurridos desde que esas operaciones fueron realizadas, Pemex ha pagado a esas compañías el equivalente a 94 y 85 por ciento del valor de la transacción a cambio del suministro de hidrógeno que producen esas instalaciones y que es necesario para los procesos de la petrolera mexicana.
Ahora, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador espera recuperar parte de esa infraestructura que permitirá cubrir la creciente demanda por el hidrógeno en el sitio, reveló Pemex.
Las proyecciones estiman que la demanda de hidrógeno aumentará en los próximos años como resultado de legislaciones medioambiental más estrictas.
Entre 2017 y 2018 el gobierno federal decidió vender la planta de Tula, Hidalgo, que fue adquirida por la multinacional de origen francés Air Liquid, y la ubicada en la refinaría Francisco I. Madero, en Tamaulipas, a la alemana Linde.
En ese mismo periodo (2017-2018) las compras de hidrocarburos y petroquímicos, en especial de gasolinas, llegaron a niveles récord de 937 mil y 989 mil barriles diarios, respectivamente.
La venta de la planta de hidrógeno en la refinería de Tula concluyó el 31 de agosto de 2017, cuando Air Liquid pagó por la planta 52 millones 700 mil dólares, pero debido a que el hidrógeno es un insumo indispensable para los procesos de refinación del crudo y la elaboración de gasolinas, Pemex después tuvo que establecer un contrato de suministro del gas a largo plazo.
En 3.5 años de haberse desincorporado la planta de hidrógeno de Tula, Pemex ha pagado al consorcio multinacional de origen francés 49 millones 300 mil dólares, cifra que representa 94 por ciento de lo obtenido. Además, quedan pendientes 15 años más de contrato, que representan 261 millones de dólares.
Algo similar ocurrió en el caso de la planta de Madero, en la que Pemex recibió el 11 de abril de 2018 de la compañía alemana, 32 millones 500 mil dólares al venderla, y después de tres años Pemex ha pagado más de 27 millones 500 mil dólares, es decir, el equivalente a 85 por ciento de lo que recibió.
Adicionalmente, quedan más de 15 años de contrato y Pemex va a pagar en ese lapso 146 millones de dólares.
Transcurridos los 20 años de los contratos de prestación de servicio de esas plantas seguirán en propiedad de Air Liquid y Linde, por lo que Pemex se verá obligado a extender los contratos o construir plantas nuevas.
Ramses Pech, especialista en temas energéticos y económicos, consideró que hay que diferenciar, pues la comparación se ha realizado con el monto que recibió Pemex, pero ahora se está dando un servicio y es muy diferente el valor de un activo y el valor de un servicio.
Explicó, que el valor de un servicio contempla el valor del activo más los costos operativos, la materia prima y todo lo que se necesita para suministrar el hidrógeno. “Lo que se tiene que informar es cuánto cuesta el hidrógeno en esos contratos comparado con el costo en el mercado”, concluyó.