Ciudad de México. Ante los “vientos muy fuertes que soplan contrarios a la convivencia democrática", el ex consejero presidente del desaparecido Instituto Federal Electoral, José Woldenberg consideró que se ha limitado el debate. “Cuando los jueces o la Corte tienen una opinión contraria a la del Presidente, inmediatamente arremete en contra de ellos. No saben vivir en Pluralidad en el congreso, quieren que las dos cámaras del congreso estén alienadas a la voluntad del presidente”.
Durante la cátedra Francisco I Madero organizado por el Instituto Nacional Electoral y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Woldenberg externó su preocupación sobre distorsiones que se han generado en la democracia mexicana para que se exprese la pluralidad de una sociedad como la mexicana donde hay una gran diversidad de posturas, ideologías.
“Quieren incluso que los órganos autónomos del Estado actúen bajo la batuta del presidente. Se han construido precisamente para acabar con la discrecionalidad de esos campos del Ejecutivo Federal. La dimensión, de la vigilancia Pongo un ejemplo que resultó casi shokeante,. La Auditoría Superior de la Federación, que depende de la Cámara de diputados, presentó sus resultados del análisis de la cuenta pública. En esa cuenta pública estaban enumerado un número enorme de anomalías y de raterías. Y sin embargo, el presidente fue capaz de llevar la atención pública al dictamen sobre la cancelación del aeropuerto, tender una cortina de humo”.
Al reivindicar la necesidad de elevar el debate público, Woldenberg criticó que “cada vez que se expresa una voz contraria al presidente en un periódico, en la televisión, en la radio o en una ong un partido político, inmediatamente se le descalifica con adjetivos”. Consideró que en la actual administración “no le gusta” la estructura que regula una democracia, es decir, que haya división de poderes, que haya un poder vigilado y regulado.
“En el caso de la constitución y de la ley, que le otorga muchas facultades pero que también lo limita, él ha acuñado la idea de que la justicia está por encima del derecho y de la ley. Algo realmente peligroso porque estamos en el siglo XXI. No estamos en los tiempos de la justicia del rey Salomón”.
Aseguró que es necesario abrir espacios públicos que permitan que el debate esté cargado de argumentos, lo cual beneficiaría a todos, incluso al presidente, Sin embargo “si alguien está saboteando la posibilidad de un debate público medianamente racional e informado es el presidente ante cada argumentación lo que nuestro presidente hace es la descalificación través de adjetivos. “