Bogotá. Las protestas contra el gobierno de Colombia entraron ayer en su tercera semana, con una huelga nacional convocada por sindicatos, estudiantes y otras organizaciones, tras infructuosos acercamientos entre el presidente Iván Duque y el Comité Nacional del Paro (CNP), convocante de las movilizaciones, que advierte que seguirán en las calles.
El ambiente festivo de esta jornada contrastó con el desbordamiento de anteriores protestas en las que hubo saqueos, vandalismo y enfrentamientos con la policía que han provocado al menos 42 civiles muertos, según la Defensoría del Pueblo, pero las ONG Temblores e Indepaz reportan 47.
En un punto de contrastes, la fiscalía reportó que son 34 las muertes contabilizadas antier, pero el titular de la dependencia, Francisco Barbosa, al intervenir ante el pleno de la Cámara de Representantes, redujo la cifra a 14.
En el norte de Bogotá, miles de inconformes se congregaron alrededor del monumento a Los Héroes con banderas de Colombia, música y consignas contra la policía antidisturbios. Los manifestantes dibujaron una calavera alusiva al presidente con el letrero: “enemigo público”.
En tanto, indígenas reunidos en el centro de la capital, en un acto simbólico, cambiaron el nombre a la avenida Gonzalo Jiménez de Quesada, conquistador español del siglo XVI y fundador de la ciudad, por el de Av Misak, en homenaje a su comunidad.
Las marchas de ayer partieron desde distintos puntos de la urbe hasta confluir en la céntrica Plaza de Bolívar de manera pacífica. Varios participantes bloquearon vialidades y carriles del sistema de transporte público TransMienio.
Ante un inminente tercer pico de contagios de Covid-19 a causa de las manifestaciones, el ministro de Salud, Fernando Ruíz Gómez, tuiteó: “hay que decirlo con toda su realidad: la situación de contagio de Bogotá es crítica, casi 100 por ciento de ocupación de las UCI (unidades de cuidados intensivos) y cerca de 500 enfermos por ubicar”.
En Cali, epicentro de las protestas, más de 200 jóvenes se congregaron frente a la Universidad del Valle con banderas de Colombia, sonando vuvuzelas al grito de “resistencia, resistencia”.
La marcha indígena conocida como Minga salió de la sureña Cali para regresar al departamento del Cauca, de donde son originarios. “Nos movemos a otras posiciones porque la Minga está en el paro, con el alma, con todo su cuerpo y su ser, dispuesta a parar este régimen de muerte”, reportó el Consejo Regional Indígena del Cauca.
En Medellín y Barrancabermeja, así como en otros puntos del país, se llevaron a cabo más marchas pacíficas que exigieron nuevas políticas al gobierno de Duque, como retirar el proyecto de reforma a la salud, desmilitarizar los campos y ciudades, cumplir el acuerdo de paz con la ex guerrilla de las FARC y desmantelar las organizaciones criminales y paramilitares.
El ministro de Defensa, Diego Molano, informó que la jornada fue pacífica y rechazó los bloqueos viales en 99 puntos del país, al destacar que afectan el paso de alimentos, medicamentos y gasolina.
Entrada la noche se reportaron algunos disturbios en Barranquilla, Popayán, Bucaramanga y Neiva, donde manifestantes incendiaron un autobús público.
Tras la pausa obligada por la pandemia, los movimientos sociales retomaron las protestas el pasado 28 de abril contra una reforma tributaria que buscaba obtener recursos para financiar programas estatales, después de que el gobierno de Duque eliminó impuestos a grandes empresas y élites. Ante la presión, el mandatario tuvo que retirar la inicitaiva, pero las protestas no cesaron y se mantienen ante una ola de denuncias de exceso de la fuerza pública contra la población.
En un intento por reducir el malestar social luego de que la reunión entre el CNP y el gobierno terminó sin acuerdos el pasado lunes, el mandatario anunció al día siguiente, durante una visita a Cali, educación universitaria gratuita para los estudiantes de los sectores con menos recursos, pertenecientes a los estratos uno, dos y tres (hay seis en el país) a partir del segundo semestre.
Además, confirmó que se han aplicado 65 acciones disciplinarias por violencia policial durante las movilizaciones, ocho de ellas por homicidio y 27 por abuso de autoridad, y propuso una mesa de negociación formal con los manifestantes y el acompañamiento de la Iglesia católica y la Organización de Naciones Unidas, pero sin dar fecha ni lugar.
Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, sostuvo que si bien Duque modificó su posición, “faltan las garantías para ejercer el derecho a la negociación”, y advirtió: “en lo que el gobierno se manifiesta, van a continuar el paro y las movilizaciones”.
El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, calculó en unos mil 620 millones de dólares el impacto económico de las protestas, al tiempo que el Ministerio de Agricultura detalló que los bloqueos han imposibilitado la movilización de 700 mil toneladas de alimentos y el país comenzó a importar combustible de Ecuador ante el desabasto.