Ciudad de México. Petróleos Mexicanos (Pemex) fue convertido en un mecanismo para transferir a compañías privadas del país y extranjeras riqueza derivada de la explotación de los hidrocarburos nacionales.
Una muestra de esas prácticas incluye la inversión de recursos de la empresa en un astillero español que estaba quebrado, y del que no resultó “ni en un centavo” de rentabilidad o un contrato “lesivo” que obligaba a la petrolera a proveer a un particular insumos industriales a un precio inferior al del mercado y subsidiar costos de operación; o vender parte de las instalaciones de sus refinerías, detalló Octavio Romero Oropeza, director general de la empresa petrolera.
“Esa política ya se acabó”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador este miércoles. “Estamos levantando, rescatando a la industria petrolera”, que fue dejada por los gobiernos anteriores en una condición de “desastre”, como lo calificó.
En la conferencia de prensa mañanera, Octavio Romero Oropeza relató una decena de hechos ocurridos en años recientes que ejemplifican la forma en que desde Pemex y sus actividades relacionadas se destinaron recursos a actividades que debilitaron a la compañía, expuso.
Contó que fueron utilizados 241 mil millones de pesos para explorar en busca de petróleo en aguas profundas del Golfo de México. El resultado, dijo, es que hasta ahora no se ha extraído un solo barril de aceite de esos territorios. O que una parte de los recursos obtenidos por la venta de petróleo era transferido a una empresa constituida en Holanda (un país considerado de baja tributación).
Romero Oropeza adelantó que se recomprarán dos plantas de hidrógeno (Tula y Madero) que fueron vendidas a particulares como resultado de la apertura del sector, a costa de dejar a Pemex sin una instalación que es estratégica para la producción de derivados de petróleo.
En el mismo sentido de fortalecer la empresa, continuará la construcción de una planta coquizadora en la refinería de Tula –que permite aumentar la producción de combustibles– con una inversión de 2 mil 640 millones de dólares. Aportará una producción adicional de 42 mil barriles diarios de gasolinas, 78 mil barriles de diésel ultrabajo en azufre y 20 mil barriles de turbosina.
También se ha emprendido el rescate de plantas productoras de fertilizantes, para buscar que se garantice el abasto nacional de este insumo. En ese sentido, anunció, que se consolidarán las distintas áreas de fertilizantes de Pemex en una entidad que funja como el productor y suministrador nacional.
Sobre la inversión de Pemex en el astillero español de Vigo, España, que no generó dividendos a la petrolera mexicana, precisó que el 26 de noviembre de 2013 PMI –filial de Pemex– compró por 5.1 millones de euros acciones de una empresa española dedicada a la construcción de barcos.
Con el transcurso de los años esa inversión resultó un fracaso ya que la empresa española se fue a la quiebra y tenía fuertes incumplimientos con sus clientes.
A partir de diciembre de 2018 se tuvo una participación activa en la supervisión de la empresa y se logró la salida de Pemex en mayo de 2020 con la recuperación de la inversión inicial y la eliminación de garantías por un valor de 8 millones de dólares.
Sobre la situación del ahora ex líder de los trabajadores de Pemex, Carlos Romero Deschamps, indicó que el 4 de marzo se inició su proceso de retiro. El día 16 de marzo, Carlos Romero Deshamps cobró su primera catorcena como jubilado.
En los dos años pasados, dijo, la actual administración ha invertido 79 mil 871 millones y se ha obtenido una producción de nuevos campos en cuencas terrestres y aguas someras de 186 mil barriles de crudo al día.
Respecto de las actividades de PMI, relacionadas con la comercialización internacional, informó que ya el cien por ciento están domiciliadas en México y son auditables. Inicialmente se tenían 25 filiales y a la fecha se han fusionado cinco, reducido ocho; y actualmente quedan 12. La meta es llegar a 10 para trabajar de manera eficiente.