La pandemia de Covid-19 provocó una disminución repentina en el volumen de remesas hacia todos los países de América Latina, con excepción de México, donde la depreciación del peso frente al dólar, el trabajo de mexicanos en sectores esenciales de Estados Unidos y un mayor uso de canales formales para su transferencia hizo que aumentaran 9.9 por ciento anual durante 2020, reportó el Banco Mundial (BM).
Contrario a lo que esperaba el organismo un año atrás, con el inicio de la crisis económica y sanitaria, las remesas a escala mundial no se desplomaron en una quinta parte, respecto del nivel de 2019. Los países de ingreso bajo y medio recibieron oficialmente 540 mil millones de dólares en 2020, una baja de apenas 1.6 por ciento anual. La caída es menor a la de 4.8 por ciento registrada durante la crisis financiera mundial en 2009.
“Mientras el Covid-19 sigue devastando las vidas de las familias en todo el mundo, las remesas continúan siendo vitales para las personas pobres y vulnerables”, comentó Michal Rutkowski, director del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del BM.
En ese contexto, México permaneció en 2020 como el tercer mayor receptor de remesas a escala global, al ingresar 43 mil millones de dólares, detrás de India y China, que captaron 83 mil millones y 60 mil millones de dólares, respectivamente.
El Banco Mundial consideró que para México “la crisis del Covid-19 aparentemente no tuvo efectos sobre las entradas de remesas”. El fenómeno se atribuye a “una fuerte depreciación” del peso frente al dólar y a que los migrantes fueron empleados en sectores esenciales durante el cierre estadunidense de abril y mayo de 2020.
“Otra razón del aumento en el volumen de remesas es el cambio de los canales informales a los formales”, agregó el organismo en un reporte. Detalló que, debido a las medidas de contención y las restricciones transfronterizas, no fue posible trasladar efectivo físicamente a México y se usaron más canales digitales.
Por tanto “es probable que los datos oficiales registren más envíos, incluso si el tamaño real puede estar disminuyendo”, reportó en su informe Migración y remesas, lo cual coincide con que 35 por ciento de los hogares en México –encuestados en el segundo trimestre del año pasado– dijeron haber recibido menos de estos recursos desde el arranque del confinamiento.
El BM estima que la llegada de remesas a América Latina y el Caribe aumentó 6.5 por ciento en 2020 y alcanzó 103 mil millones de dólares. Si bien el brote de Covid-19 causó una repentina disminución en el segundo trimestre de 2020 los envíos ganaron terreno durante el tercer y cuarto trimestres debido a que se recuperó el empleo en Estados Unidos, agregó.
Esta dependencia de las remuneraciones de trabajadores en Estados Unidos contrasta con una disminución de la remesas intrarregionales; por ejemplo, las de Ecuador a Colombia, México y Perú cayeron en 20 por ciento. Se debe a que la mayoría de los trabajadores migrantes de Colombia, Perú, México, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Haití y Venezuela trabajan en sectores fuertemente afectados por el confinamiento, como servicios, hoteles y restaurantes, explicó el organismo.