Petróleos Mexicanos (Pemex) fue expuesto en años recientes a un entramado legal –emanado de la reforma energética– en el cual la política sistemática era debilitar a la empresa productiva del Estado.
Esta conducta se tradujo en contratos muy desventajosos para la petrolera, desde el punto de vista económico, y el traslado de activos estratégicos a privados con el consecuente deterioro operativo y financiero de Pemex, consideraron especialistas en materia energética.
Fluvio Ruiz Alarcón, ex consejero profesional independiente de Pemex, consideró que es muy positivo que se esté revirtiendo lo que era una política sistemática de ceder espacios a empresas privadas, tanto del Estado como de Pemex, en el sector de hidrocarburos.
Hubo instrumentos que podrían parecer positivos, pensando en la reforma energética de 2013, como la posibilidad de que Pemex se aliará y compartiera riesgo geológico.
Sin embargo, esas herramientas que pudieron ser útiles se fueron pervirtiendo y fueron utilizadas de tal manera que en realidad sirvieron –con el pretexto de las restricciones financieras de Pemex– para ir cediendo la renta petrolera futura.
Ruiz Alarcón ejemplificó el caso del campo Trión, donde sin duda era explicable que Pemex buscará para desarrollar este yacimiento en aguas profundas del Golfo de México una alianza, pero el reparto fue 40-60, de manera que cuando Trión empiece a producir 60 por ciento de la riqueza generada será para la australiana BHP Billiton y sólo 40 por ciento para Pemex.
Por su parte, Arturo Carranza especialista en energía, al comentar la estrategia de incursionar en negocios como el de los astilleros en Vigo, España, comentó que había una mentalidad empresarial, pero sin un conocimiento pleno de lo que es la industria petrolera. La administración de Emilio Lozoya, con el apoyo del entonces presidente, Enrique Peña Nieto, incursionó en este tipo de negocios.
Carranza recordó que en 2013 llega una nueva administración sin tener un conocimiento sólido de la industria, pero con un respaldo político muy grande que le permitió tomar decisiones que no fueron las acertadas y se complicaron más con la coyuntura externa.
“En términos generales, se tomaron malas decisiones en administraciones de Pemex pasadas, con entendimiento limitado de la industria en general, que también fueron afectadas por cuestiones externas como la caída del precio del petróleo en 2014”.
En su oportunidad, Ramsés Pech dijo que lo que se recuperó de las acciones de los astilleros españoles se podría utilizar para pagar a proveedores que pasan actualmente por una situación bastante difícil. Sobre los demás proyectos la interrogante es: ¿de dónde va a salir el dinero?
A su vez, Fluvio Ruiz destacó que la parte estratégica más importante y relevante es que por un lado haya esta voluntad de que Pemex vuelva a ser una empresa petrolera y se aleje de ese sendero que la estaba llevando a ser sólo una administradora de contratos.
Agregó: “El siguiente paso es tejer un amplio consenso social en torno a las reformas constitucionales que se consideren pertinentes porque eso va a permitir que no se tengan que estar enfrentando juicios de amparo y cuestionamientos de índole legal”.
Paul Alejandro Sánchez Campos, analista del sector energético, dijo que esta presentación se da en un contexto en que Pemex no ha alcanzado resultados más sólidos en las metas que inicialmente se habían previsto y que presentaron avances parciales. “Estamos llegando casi a la mitad del sexenio y no se han cumplido los objetivos que se pudieron como metas”.