El año pasado, al menos ocho periodistas fueron asesinados en México, lo que lo “consolida” como uno de los países más peligrosos para la prensa en todo el mundo, debido no sólo al nivel de violencia, sino a la impunidad en que quedan dichos crímenes, señaló la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En su Balance 2020, el colectivo indicó que con las cifras de comunicadores asesinados el año anterior –que aún podrían ampliarse, pues otras dos muertes están en proceso de investigación, para ver si la causa está relacionada con la actividad periodística de las víctimas–, México se encuentra en un escenario de “barbarie con total impunidad”.
Según RSF, las agresiones mortales contra comunicadores en el país ya son una “triste constante”, pues durante el último lustro se ha registrado un promedio de entre 8 y 10 asesinatos anuales de periodistas. Por tal razón, “México consolida su primer puesto en la categoría de los más peligrosos para la profesión”.
En ese contexto, agregó que “la llegada al poder –hace dos años– del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha logrado aliviar las lacras que azotan a México. Persisten los vínculos entre los narcotraficantes y la clase política, y los periodistas que se atreven a abordar estos asuntos siguen siendo víctimas de asesinatos, en ocasiones salvajes”.
Un ejemplo de ello, dijo RSF, es el del reportero Julio Valdivia Rodríguez, del diario El Mundo, quien fue decapitado en Veracruz en septiembre de 2020, o el de Víctor Fernando Álvarez Chávez, director del medio informativo digital Punto x Punto, cuyo cuerpo fue cortado en pedazos en Acapulco, Guerrero, en abril de ese mismo año.
“Estos dos crímenes, como los demás, siguen impunes hasta el día de hoy”, lamentó la organización especializada en temas de libertad de prensa.
En el conteo de naciones con mayor cantidad de comunicadores asesinados, detrás de México se ubicaron Irak (con seis casos), Afganistán (cinco), Pakistán (cuatro) e India (cuatro).
Según el informe de RSF, entre el primero de enero y el 15 de diciembre de 2020 se documentó el asesinato de 50 periodistas mientras desempeñaban su trabajo, lo cual deja ver que el nivel de violencia se mantuvo “estable” con respecto a 2019, cuando se perpetraron 54 homicidios.