Londres. El primer ministro Boris Johnson presentó el miércoles disculpas por el papel del ejército británico, denunciado la víspera por la justicia, en una serie de tiroteos ocurridos en 1971 durante el conflicto norirlandés que dejaron 10 muertos inocentes en Belfast.
En una conversación con la primera ministra y la vice primera ministra de Irlanda del Norte, Johnson "se disculpó sin reservas en nombre del gobierno británico por los sucesos ocurridos en Ballymurphy y por la enorme angustia que la larga búsqueda de la verdad ha causado a las familias de los muertos".
La justicia de Irlanda del Norte condenó el martes el uso excesivo de la fuerza por parte del ejército británico en los tiroteos de Ballymurphy, al oeste de Belfast, entre el 9 y el 11 de agosto de 1971, en que murieron diez personas "totalmente inocentes".
Era el momento álgido del conflicto sectario que durante tres décadas, hasta 1998, enfrentó a católicos republicanos y protestantes unionistas en esa región británica.
Enviado a la zona en misión de mantenimiento de la paz en 1969, el ejército británico tuvo una participación controvertida en el conflicto y es responsable, según el índice Sutton elaborado por la Universidad del Ulster, de unas 300 muertes durante las operaciones que terminaron oficialmente en 2007.
La juez Siobhan Keegan dictaminó el martes que no había "ninguna prueba convincente (…) para justificar los tiroteos" en Ballymurphy y que "el ejército no proporcionó ninguna justificación" a este uso "claramente desproporcionado" de la fuerza.
El gobierno de Johnson ha prometido legislar para impedir nuevos juicios "vejatorios" contra militares del Reino Unido por infracciones cometidas durante el conflicto norirlandés, lo que enfureció al gobierno de la vecina República de Irlanda y a los familiares de las víctimas.