Roberto Osuna, lanzador mexicano en Grandes Ligas, regresa a México como parte de su proceso de recuperación por una lesión en el codo y formará parte de Diablos Rojos del México. No hay certeza del tiempo que estará en el montículo de los escarlatas, pues la institución reconoce que el juga-dor tiene “luz verde” para marcharse si se le presenta una oferta.
“Hoy estoy aquí con Diablos”, señala Osuna; “no sé cuánto tiempo. Todo dependerá de lo que ocurra más adelante”.
Osuna, el mexicano con la segunda cifra más alta de salvamentos en Grandes Ligas (155); cuyo paso por los Azulejos de Toronto y los Astros de Houston le permitieron destacar como cerrador, está atento a su recuperación y también listo para eventualmente volver al máximo circuito de la pelota en Estados Unidos.
“Pienso volver a Grandes Ligas”, agrega, “pero lo primero es estar bien de mi lesión y para eso estaré activo con Diablos. Defenderé esta camiseta y el tiempo que esté aquí haré todo lo posible para conseguir el título 17 de la institución”.
La lesión en el codo, que lo dejó fuera de Grandes Ligas, ha mejorado. Osuna se siente optimista y entusiasta de volver a la institución en la que se formó desde la Academia Alfredo Harp Helú.
“Mi lesión ha mejorado y por eso estoy aquí con Diablos”, cuenta el lanzador; “ya estoy listo para el juego inaugural (21 de mayo). Creo que estoy ya para tirar en un par de partidos”.
La llegada del Cañoncito Osuna a la Liga Mexicana de Beisbol, cuya temporada 2020 fue cancelada por la pandemia, se suma al fichaje de figuras destacadas en Grandes Ligas para este torneo, como Adrián González, en Mariachis de Guadalajara, y Yasiel Puig con El Águila de Veracruz.
Pese al prestigio y experiencia, Osuna dijo que no viene a apropiarse del rol de cerrador de los Pingos y reconoció el “material” con el que cuenta el equipo. Su labor –insistió– será acatar las órdenes del entrenador Miguel Ojeda y poner todo su potencial para conseguir el título que Diablos bautizó como la Misión 17, por el número que correspondería en su palmarés.
Mientras tanto, Diablos Rojos se prepara para iniciar la tempora-da con la posibilidad de recibir público con aforo restringido. El tránsito al semáforo amarillo en la Ciudad de México abre una esperanza para la directiva.
“Si la autoridad lo permite, tenemos la esperanza de aumentar el porcentaje de público”, comenta el presidente ejecutivo del equipo, Othón Díaz; “es posible aun en amarillo sin poner en riesgo la salud, para que no sea al 25 por ciento, sino un poco más, como ha ocurrido en otras plazas”.