Dubái. Michelle Rasul acababa de aprender a leer y escribir cuando ya estaba girando tornamesas, grabando discos de hip hop y jugando con distintos ritmos. Cuatro años después, a sus nueve, es una de las mejores diyéis del planeta y recientemente compitió en el campeonato mundial.
En su casa en la ciudad de Dubái, repleta de rascacielos, la genio de la plataforma giratoria de Azerbaiyán asentía al ritmo su cabeza coronada con una gorra de béisbol y mostraba sus habilidades para hacer scratching, transiciones y disolvencias. Sus pequeños dedos volaban a través del tocadiscos mientras creaba un paisaje chisporroteante de efectos de audio eléctricos y recordaba cómo comenzó como una diyéi infantil hace no mucho tiempo.
“Vi a mi papá practicar como diyéi y dije: ‘Guao, ¿está haciendo magia o algo así? ¡Es un verdadero mago!’”, dijo Michelle, rebosante de entusiasmo. “Cuando cumplí cinco años, en mi cumpleaños, le dije: ‘Papá, quiero ser una diyéi de fama mundial. Voy a empezar a practicar’”.
“Y el resto es historia”, agregó sonriente, como si se tratara de una carrera de décadas.
Michelle, la concursante más joven en el DMC World DJ Championship, quedó de 14 entre 85 diyéis de todo el mundo que se midieron este año en la categoría Portablist, la competencia global de scratch portátil. El campeonato de 2021 se realizó en línea debido a la pandemia de coronavirus.
Aunque esta vez no pasó a la siguiente ronda, está decidida a superar el próximo año a su padre, Vagif DJ Shock Rasulov, un profesional que le enseñó los trucos del oficio y que quedó de noveno lugar.
“Me encanta competir en batallas, me encanta pinchar discos”, señaló Michelle. “Esa es mi pasión”.
El arte del tornadiscos, que irrumpió en la escena del hip hop a finales de la década de 1970, puede parecer un acto básico: tomar un álbum, poner la aguja hacia abajo y deslizarlo hacia adelante y hacia atrás con las yemas de los dedos. Pero para los magos, es una forma de arte que implica una mezcla espontánea de sonido y técnicas avanzadas como rasguños rápidos y rítmicos y “cangrejos”, frotando el disco bajo la aguja.
Desde el momento en que sus padres le dieron un pequeño kit de iniciación para diyéis, reconocieron sus extraordinarias habilidades. Incluso cuando era bebé, estaba fascinada y apretaba todos los botones del equipo de su padre.
“Ella simplemente capta las cosas tan rápido”, mencionó su madre, Sadia Rasulova, una ex violinista que también inculcó en Michelle el amor por la música. “Me di cuenta de que es una estrella, que tiene mucho talento”.
Mientras sus compañeros escuchaban canciones infantiles, “cosas como Baby Shark o canciones de ABC”, Michelle expuso que ella estaba enganchada a leyendas del rap como Tupac Shakur, Chuck D, Jay-Z, Notorious B.I.G. y a Michael Jackson, que sigue siendo su favorito.
Sus padres comenzaron a publicar videos de su scratching en Internet y la popularidad de Michelle se disparó. Su cuenta de Instagram, en la que se autodenomina la “DJ más joven del mundo”, suma unos 110 mil seguidores. Aspirantes a diyéi de entre 6 y 65 años le envían mensajes desde todas partes del mundo, contó.
La cuenta de Michelle está repleta de publicaciones de ella haciendo break dance y scratching junto a su padre, tocando canciones de hip hop y techno en vivo para sus oyentes, tocando el bajo en su tiempo libre y presentándose en actos como el reciente festival gastronómico de Dubái. Antes de que la pandemia detuviera las grandes reuniones, Michelle hacía de diyéi regularmente en bodas, fiestas y festivales de música en toda la ciudad.
Mientras el resto del mundo se centra en sus logros como una estrella, Michelle está ocupada como una estudiante de tercer grado, asistiendo a la escuela de manera virtual, patinando, leyendo y pasando el rato con amigos y perros en el parque de su vecindario. Pero su corazón siempre está en su tocadiscos.
“No puedo imaginar mi vida sin la música”, enfatizó. “Desde el comienzo, desde que era , muy pequeña”.