Bogotá. Dos hombres murieron después de pasar varios días en estado crítico a causa de las heridas que sufrieron durante las manifestaciones contra el gobierno que estallaron en Colombia el 28 de abril, según informaron autoridades este martes.
Lucas Villa, un universitario de 37 años que le dio rostro a las protestas que dejan casi una treintena de muertos y han sido sofocadas violentamente por la policía, recibió varios disparos en una marcha que transcurría pacíficamente en la ciudad de Pereira (centro) el 5 de mayo.
Los médicos declararon su muerte cerebral y este martes la familia anunció el fallecimiento del activista y profesor de yoga.
El presidente Iván Duque lamentó el deceso. "Repito lo que conversé con Mauricio, su padre, que sea esta la oportunidad para unirnos y manifestar nuestro rechazo a la violencia. A los responsables todo el peso de la ley", escribió en Twitter.
El ataque quedó grabado en un video donde se observa a Villa acercarse a una camioneta. De fondo se escuchan tiros y luego se le ve ensangrentado en el suelo. Otros dos manifestantes fueron gravemente heridos en el hecho, según la policía, que no ha revelado pistas sobre los autores de la agresión.
El segundo caso ocurrió el 1 de mayo en Bogotá.
Según indicó en Twitter la ONG Lazos de Dignidad, Alejandro Zapata, de 20 años, "fue herido de gravedad por miembros del Esmad" (escuadrón antidisturbios) durante una manifestación ese día en el sur de la ciudad. "Estaba en coma inducido", precisó en otro tuit.
La alcaldesa Claudia López señaló que Zapata es la primera víctima mortal en Bogotá en 13 días de agitación social. "Una ONG afirma que (el ataque) fue en la protesta y como tal lo investigaremos", agregó la mandataria local en Twitter.
Según la Defensoría del Pueblo (Ombudsman), al menos 27 personas han muerto en las protestas que comenzaron contra el alza de impuestos que planeaba el gobierno, vía proyecto legislativo, para paliar el impacto devastador de la pandemia.
El gobierno cedió a la presión en las calles y retiró la propuesta, pero la represión de las movilizaciones agravó el descontentó en un país empobrecido por el covid-19 y que enfrenta el repunte de la violencia en los campos contra cientos de líderes sociales y excombatienes de la guerrilla que firmaron la paz en 2016, en medio del auge del narcotráfico.
Las ONG Temblores e Indepaz dan cuenta de 47 víctimas mortales, "39 de ellas por violencia policial". El ministerio de Defensa informa por su parte sobre casi un millar de heridos, entre civiles y policías.
La comunidad internacional ha señalado los excesos cometidos por la fuerza pública durante las protestas, mientras el gobierno denuncia actos vandálicos e infiltración de grupos armados en las manifestaciones.