Jerusalén. Al menos 21 personas, incluidos nueve niños y un alto comandante de Hamas, murieron anoche en bombardeos aéreos de Israel contra la franja de Gaza en represalia al lanzamiento de más de un centenar de cohetes desde ese enclave palestino, tras nuevos enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del Islam, que ayer dejaron casi 800 heridos.
Estados Unidos –que bloqueó en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) una declaración sobre la situación en Jerusalén, ciudad que ha sido escenario de violentos choques desde el viernes pasado– condenó el lanzamiento de cohetes desde la franja de Gaza y respaldó el “legítimo derecho de Israel a defender a su gente y su territorio”, declaró el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
Más tarde, después de que Israel bombardeó la franja de Gaza, Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadunidense, llamó a las dos partes a “reducir las tensiones y dar pasos prácticos para calmar las cosas”.
El ejército israelí afirmó que se lanzaron 150 cohetes desde Gaza, decenas de los cuales fueron interceptados por el sistema de defensa, y muchos otros cayeron en zonas deshabitadas. Agregó que un civil sufrió lesiones menores cuando un vehículo fue alcanzado por un misil antitanque proveniente de Gaza. Otro misil cayó en el extremo oeste de la ciudad, causando daños leves a una casa y un incendio de maleza.
El grupo islamita Hamas informó que lanzó más de 100 cohetes contra Israel “en respuesta a sus crímenes y a su agresión contra la Ciudad Santa”, luego de violentos choques entre palestinos y policías israelíes, sobre todo en la Explanada de las Mezquitas, en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Benjamin Netanyahu, premier israelí, advirtió que Hamas cruzó una línea roja al disparar proyectiles contra su territorio y advirtió que su gobierno “reaccionará con fuerza... el que ataque pagará un precio alto”, y no descartó que los combates continúen.
Nuevos enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes tenían lugar anoche en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, según un periodista de la agencia de noticias Afp, que reportó que hay heridos.
Agregó que decenas de palestinos lanzaron proyectiles contra las fuerzas del orden israelíes que utilizaron granadas de estruendo y balas de caucho para dispersar a la multitud.
También se incrementaron los choques por la noche en Cisjordania reocupada, especialmente en Ramalá, Nablus, Hebrón y en el cruce de Qalandiya, de acuerdo con informes de la agencia Afp.
Por la mañana, cientos de palestinos lanzaron proyectiles y los policías replicaron con balas de goma y gas lacrimógeno.
Más de 400 hospitalizados
La agencia palestina Wafa dio a conocer que los disturbios de ayer en la explanada provocaron 612 heridos, de los cuales 411 han sido trasladados a hospitales, mientras los bombardeos israelíes en la franja de Gaza dejaron 95 lesionados.
Muhamad Fayad, comandante del brazo armado de Hamas, murió en Beit Hanun, en el norte de Gaza, confirmó una fuente del movimiento islamita armado que gobierna el enclave palestino.
Horas antes, Hamas amenazó con una escalada militar si las fuerzas israelíes no se retiraban a las seis de la tarde de ayer de la Explanada de las Mezquitas. Al concluir el plazo, comenzaron a sonar las sirenas en Jerusalén, y poco después se escuchó una detonación.
Abu Obeida, portavoz del brazo militar de Hamas, detalló que el ataque a Jerusalén fue en respuesta a los “crímenes y agresiones” israelíes. “Este es un mensaje que el enemigo tiene que entender”.
Agregó que habrá más ataques si las fuerzas israelíes vuelven a ingresar al complejo sagrado de la mezquita de Al-Aqsa o llevan a cabo los desahucios de familias palestinas en el vecindario Jeque Jarrah, en Jerusalén Este.
Globos incendiarios y cohetes fueron lanzados el domingo desde el enclave palestino hacia el sur del territorio israelí en apoyo a los manifestantes de Jerusalén.
Esta escalada tuvo lugar en el cuarto día de enfrentamientos en Jerusalén Este, sector palestino de la ciudad ilegalmente ocupado y anexionado por Israel.
Anoche se declaró un incendio, visible a más de dos kilómetros a la redonda, en el recinto de la Explanada de las Mezquitas, donde estaban congregados miles de fieles para la oración nocturna. Al cierre de esta edición se desconocía qué lo había provocado.
Más de una decena de latas de gas y granadas aturdidoras cayeron en la mezquita durante los choques en el transcurso del lunes entre policías y manifestantes dentro del complejo amurallado que lo rodea, señaló un fotógrafo de la agencia Ap en el lugar. También se reportó que una columna de humo se elevaba frente a la mezquita y el santuario de domo dorado, y podían verse piedras desperdigadas en la plaza cercana. Dentro de un área del complejo había zapatos y escombros encima de alfombras ornamentales.
Estos choques coincidieron con la celebración ayer, según el calendario israelí, del Día de Jerusalén, que marca la conquista de la parte Este de la ciudad por Tel Aviv en 1967.
La “marcha de Jerusalén”, a menudo envuelta en altercados y que tenía que congregar anoche a miles de israelíes en la Ciudad Vieja, fue cancelada.
El viernes pasado, más de 200 personas resultaron heridas en los choques en la explanada, en los disturbios más violentos desde 2017 en este sector.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) encabezada por Mahmoud Abas, denunció la “agresión bárbara” de las fuerzas israelíes.
La cuestión de Jerusalén es uno de los principales escollos en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, que están en punto muerto desde hace años.
El detonante de los enfrentamientos actuales es la amenaza de desahucio contra docenas de familias palestinas en el vecindario de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este que se han visto inmersas en una larga batalla judicial con grupos de colonos israelíes que tratan de comprar propiedades en la zona. La justicia israelí aplazó una vista sobre el caso prevista este lunes “de aquí a 30 días”.
En 1956, el gobierno jordano, junto con la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente, decidió asentar a 28 familias en el barrio de Sheij Jarrah. Sin embargo, las autoridades no entregaron a esas personas sus títulos de propiedad. La ONU pidió el fin de semana a Tel Aviv suspender dichos procesos y advirtió de que podrían suponer una violación de sus obligaciones de acuerdo con el derecho humanitario e incluso un crimen de guerra.