Además de explorar la complejidad del papel de la mujer en la vida pública y en el ámbito de la resistencia, la obra La compañera representa también un homenaje al papel de la maternidad, tan poco valorado en América Latina.
Así lo destaca Laura Agorreca, autora de la dramaturgia al lado de Carla Romero Martínez, además de directora escénica e intérpre-te de esta pieza teatral, que se estrenó en formato digital el 8 de mayo en las páginas oficiales del Museo Universitario del Chopo en YouTube y Facebook, donde aún se presentará de forma gratuita los días 15 y 16 de este mes a las 19 horas.
“El papel de la mujer, sobre todo el de la maternidad en América Latina no son valorados como se debiera. Situación injusta, si se toma en cuenta que las madres son las preservadoras de la vida”, explica la creadora escénica argentina.
“Preservan la vida de sus hijos, sus compañeros y compañeras; son las que se encargan de las tareas de cuidado, higiene y alimentación, y ese contacto cotidiano es lo que va generando la cultura de una sociedad.”
En entrevista, resalta que tanto los Estados como el feminismo de esta región del continente tienen una deuda con la maternidad, al relegar su importancia para la construcción de una sociedad.
“La madre está muy sola y con falta de reconocimiento, cuando es fundamental. El Estado tiene un problema, pero esto no se habla, no se toma a la maternidad como acto político. Esa es una lucha empezada hace unos años por algunos sectores, pero todavía falta mucho camino que recorrer.”
Concebida para ser montada en un escenario, pero transformada a formato digital debido a la pandemia, La compañera es “un cuestionamiento sobre el presente de mujeres, madres, agentes políticos y sociales, constituidas por un pasado polifónico y complejo, viviendo en un presente convulso que se detiene a dialogar con las que lucharon en el pasado”, indica Laura Agorreca.
El punto de partida es la vida de Cecilia Magni Camino (1956-1989), alias Comandanta Tamara, del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, organización que ofreció resistencia armada a la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, de 1973 a 1990.
La obra plantea una biografía ficcionalizada donde los personajes, dos mujeres caracterizadas como niñas, transitan de una situación planteada en la escuela, “disertar sobre un héroe de la patria”, hacia diversos personajes y hechos ocurridos en los años 80 del siglo pasado en aquella nación sudamericana.
“Quisimos también rendir homenaje a Tamara, quien fue una de las cabezas del atentado a Pinochet, reconocer su labor y figura, porque, como todos sabemos, la mujer tiende a estar invisibilizada en todas las áreas, incluso en la resistencia y la lucha política”, señala la creadora escénica.
“Es una figura muy interesante de estudiar, porque viene de una clase acomodada, privilegiada; renunció a todo en pos de un proyecto, la libertad y la dignidad del pueblo, un proyecto de sociedad, político y social del que estaba convencida que era el camino.”