La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, las siglas en inglés) es un intento de cara amable para el procesamiento de los más crudos intereses de su gobierno. Con frecuencia se le ha mencionado como un parapeto de acciones de la Agencia Central de Inteligencia (la siempre intervencionista CIA, con amplia experiencia en golpismo).
Como otras agencias o fundaciones relacionadas con gobiernos extranjeros, empresas nacionales o trasnacionales y filantropías de origen e intenciones varias, la USAID apoya económicamente en México a organizaciones civiles que, según sus postulados oficiales, promueven la democracia, el respeto al estado de derecho, la defensa de los derechos humanos, el desarrollo socioeconómico justo y ciertas formas de periodismo o comunicación social. En ese abanico de posibilidades, también ha firmado convenios de colaboración con gobiernos mexicanos, a niveles estatal y federal (https://bit.ly/3tvjuyd).
La oreja del lobo ha asomado de manera clara en cuanto a una peculiar extraña aventura mediática y política denominada Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), a la que se ha señalado como receptora de unos 50 millones de pesos de 2018 a la fecha, lo cual llevó al Presidente de la República a tocar el tema en su conferencia mañanera de prensa e incluso a enviar una nota diplomática al gobierno vecino. Que Estados Unidos entregue dinero a MCCI le ha parecido al presidente López Obrador que “es injerencia, es intervencionismo y es promover el golpismo”.
El cerebro y motor del mencionado MCCI es Claudio X. González Guajardo, junior del empresario nacido en Cananea, Sonora, en 1934 y que ha sido presidente y director general de Kimberly Clark en México, política e ideológicamente asociado al salinismo. González Guajardo ha impulsado organizaciones civiles hasta llegar a la actual, MCCI, que se ha convertido en generadora de trabajos periodísticos impactantes, sobre todo en una etapa en que los problemas económicos de medios convencionales de comunicación han significado el recorte de fondos para investigaciones especiales.
Sin embargo, Claudio X. junior no ha disociado su hipotética preocupación genuina contra la corrupción y la impunidad (ONG que ya no preside, sino Amparo Casar: https://bit.ly/3xXUFhY) de un desbordado activismo faccioso contra el gobierno de la llamada Cuarta Transformación, al grado de haber sido promotor clave de la alianza de partidos y empresarios para las elecciones del mes entrante (PAN, PRI y PRD) que irónicamente han sido las principales fuentes de corrupción e impunidad en el país.
Otra acusación, desde el flanco obradorista, señala que el dinero recibido por MCCI de Estados Unidos ha servido para la promoción de juicios de amparo contra obras canceladas por AMLO, como el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en terrenos texcocanos.
Las reglas y el sentido de la cooperación internacional están en abierta trasgresión de Claudio X. González Guajardo, quien combina la presunta intención justiciera de su más reciente creación, MCCI, y el uso de recursos provenientes de un gobierno extranjero históricamente injerencista, con la pelea partidista que se resolverá parcialmente en junio venidero.
En otro tema: continúan las concesiones del Presidente de la República a las fuerzas armadas. Ayer, desde Salina Cruz, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) informó que las obras del Corredor Transístmico no quedarán en manos de particulares, mucho menos de extranjeros, pues serán encomendadas a la Secretaría de Marina.
Convertir a los militares en administradores de obras civiles distorsiona el sentido de la vida pública, aun cuando se invoque la noción de la seguridad nacional. Al involucrarlos en la tentadora compartición de la riqueza nacional y hacerlos beneficiarios de negocios civiles, se incrementa en las élites castrenses la voluntad de intervenir en los asuntos políticos y económicos. ¡Hasta mañana!
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