El principal operador de oleoductos de Estados Unidos, Colonial Pipeline, trabaja con la Casa Blanca para recuperarse de un ciberataque que lo obligó a cerrar el viernes y reabrió una pequeña parte de sus líneas de distribución. Colonial dijo que sus principales líneas de combustible permanecen sin conexión, pero que algunas más pequeñas entre terminales y puntos de entrega ya se encontraban en operaciones.
“Sólo volveremos a poner nuestro sistema completo en línea cuando consideremos que es seguro hacerlo, con la luz verde de las autoridades federales”, señaló la compañía.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, informó que la reparación del oleoducto es una prioridad para el gobierno y que Washington trabaja para evitar interrupciones más graves en el suministro de combustible.
Ni Raimondo ni la empresa dieron una estimación de una fecha de reinicio y Colonial declinó hacer más comentarios.
La firma privada de ciberseguridad FireEye aceptó que fue contratada para investigar la respuesta al incidente.
El intento de extorsión cibernética que obligó a cerrar un importante oleoducto estadunidense fue perpetrado por un grupo delictivo conocido como DarkSide, el cual cultiva una imagen de Robin Hood de robarles a las grandes empresas y donar un porcentaje del botín a caridad, reveló el domingo una persona al tanto de la investigación.
DarkSide es conocido por desplegar ransomware o secuestros informáticos para extorsionar a sus víctimas, pero evita objetivos en estados de la antigua Unión Soviética.
El incidente es una de las operaciones de secuestro digital más graves reportadas y ha provocado llamados de los legisladores estadunidenses a reforzar las protecciones de la infraestructura energética.
Expertos en combustibles minoristas, incluida la Asociación Estadunidense de Automovilistas, señalaron que una interrupción de varios días podría tener un impacto significativo en la oferta de combustible en algunas regiones, particularmente en el sureste de Estados Unidos.