Gia Coppola se sentía fuera de contacto con la cultura popular cuando tropezó con el final de la sátira de Elia Kazan de 1957 A Face in the Crowd hace varios años. La historia de un narrador que alcanza niveles peligrosos de fama e influencia en la televisión parecía extrañamente un presentimiento. La imagen de Andy Griffith riendo maníacamente se quedó con ella.
“Siempre me he sentido un poco como alienígena o algo así. Creo que lo que mis gustos son muy diferentes a los de la mayoría de la gente”, afirmó Coppola, de 34 años. “Considero que ahora, debido a Internet, es aún más ante lo que obtiene gratificación”.
Fue el origen de su segundo largometraje, Mainstream, en el que una joven artista en apuros (Maya Hawke) crea un monstruo cuando sus videos de un solitario antiestablishment (Andrew Garfield) se vuelven virales. La película, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia, está en las salas y bajo demanda desde el viernes.
Incluso con un apellido como Coppola, una película debut bien revisada en su haber y un tema oportuno, no fue un camino fácil. Su cinta de 2013, Palo alto, fue una mirada evocadora a la vida de los adolescentes suburbanos que tuvo a más de unas pocas personas lanzando comparaciones favorables con su tía, Sofia Coppola. Pero las cosas comenzaron a caer en su lugar después de que conoció a Garfield.
Gia Coppola no quiere actuar. “Nada me aterroriza más”, afirmó.
Espíritu afín
En Garfield encontró no sólo un actor al que siempre admiraba, sino un espíritu afín y un colaborador que la presentaría a un coguionista, Tom Stuart, así como aceptaría protagonizar y producir la película. Pasaron mucho tiempo en lo que él llama “camp Coppola” en Napa, haciendo un taller sobre los conceptos que terminarían en la pantalla, como cuando Frankie, el personaje de Hawke, vomita emojis animados en un fregadero.
“Nos hicimos amigos rápidamente, sentimos un dulce tipo de conexión creativa y compartimos un tipo de humor infantil”, destacó Garfield. “Ella es un alma tan gentil”.
No sólo podría ayudar a una amiga a darse cuenta de su visión creativa, sino también llegaría a jugar y experimentar un poco él mismo con el más aterrador de todos los conceptos: la simpatía.
Su personaje, Link, es una especie de filósofo/exhibicionista de la esquina de la calle, que le permitió acceder a algunas “partes fuera de lugar y grotescas, las más oscuras de nosotros mismos”.
También proporcionó la oportunidad de salirse de los rieles con un personaje loco que en un momento corre semidesnudo por Hollywood Boulevard.
“Capté una toma y ella dijo: ‘¿Estás bien?’ Ese fue uno de los momentos favoritos de mi vida. ¿Con qué frecuencia uno tiene la oportunidad de correr por Hollywood Boulevard desnudo sin ser arrestado?”, señaló Garfield.
El truco al estilo guerrillero, señaló, fue como “robando la realidad de la gente que pasó a estar en la cuadra esa vez y sentir que estás creando algo que estaba totalmente vivo”.
Gran parte de la película está ambientada en y alrededor de los tramos feo-hermosos de esa famosa calle, cerca de donde Coppola fue criada y ahora elige vivir como adulta.
“Tengo un profundo amor y lo que representa para la gente de afuera y cómo es tan poco glamorosa, pero hay tantos personajes increíbles”, destacó Coppola. “Se siente como una metáfora de Los Ángeles en cierto modo”.