Glasgow. La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, prometió ayer seguir adelante con los planes para un nuevo referendo sobre la salida del Reino Unido, después de decir que quedó claro que las elecciones al parlamento escocés devolverían la mayoría a los independentistas.
En una derrota para el primer ministro británico, Boris Johnson, quien advirtió que bloquearía una votación de secesión, Sturgeon sostuvo que sería absurdo que cualquier político en Londres intentara obstaculizar una votación. “Las únicas personas que pueden decidir el futuro de Escocia son los escoceses, y ningún político de Westminster puede o debe interponerse en ese camino”, señaló Sturgeon a BBC TV.
Los resultados de ayer mostraron que el Partido Nacional Escocés de Sturgeon se encaminaba a un cuarto mandato consecutivo en el cargo, tras un triunfo en 62 de los 86 escaños resueltos hasta ahora para el Parlamento de 129 asientos.
Sin embargo, el sistema electoral, que asigna 56 lugares por representación proporcional para ayudar a los partidos más pequeños, significa que es muy poco probable que obtenga una mayoría absoluta, por lo que quedaría con uno o dos escaños menos. Se esperaba que los Verdes escoceses, que también apoyan la independencia, obtuvieran más de media docena de escaños.
Johnson, que según el gobierno británico debe aprobar un referendo para que sea legal, ha indicado repetidamente que no lo permitirá, y señaló que los escoceses respaldaron la permanencia en el Reino Unido en una votación en 2014.
El resultado anticipa un escenario de agria pugna entre el gobierno escocés en Edimburgo y la administración de Johnson en Londres, que en última instancia podría conducir al fin de la unión de 314 años de Escocia con Inglaterra y Gales.