Los maltratos durante la atención obstétrica son violencia de género, un atentado contra los derechos humanos y reproductivos, señala el Instituto Nacional de las Muje-res (Inmujeres).
De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh, 2016), en México 33.4 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto o cesárea experimentó algún tipo de estos incidentes, los cuales también son considerados como violencia institucional, y consisten en regaños, burlas, ironías, insultos amenazas, reclamos, discriminación y humillación, negación de tratamiento, y también que sean esterilizadas o les coloquen métodos anticonceptivos sin su consentimiento o que les realicen cesáreas que no son necesarias.
De acuerdo al análisis Violencia Obstétrica y Morbilidad Materna: Sucesos de Violencia de Género, del Instituto Nacional de Perinatología, existe una relación entre la violencia durante la atención al embarazo y la morbilidad materna y, en tal sentido, refiere que “ésta es una de las consecuencias de la violencia de género (…) la práctica médica al ejercer violencia obstétrica hacia las usuarias refleja hechos que llevan a la morbilidad materna” y “además conlleva consecuencias emocionalmente desagradables para la mujer por no ser parte activa de su proceso reproductivo y, por el contrario, tener un papel de espectadora”.
El trabajo realizado por Mayra Chávez Courtois y Norma Sánchez Maya se basó en entrevistas sobre la atención médica durante el parto que recibieron mujeres de la sierra norte de Puebla, expone el poder del médico sobre la usuaria en este proceso, y plantea que se debe entender que “la toma de decisiones tiene que ser consensuada por ambas partes; es decir, por el personal médico y la embarazada.
Acciones y omisiones
La violencia en la atención obstétrica es toda acción u omisión por parte del personal de salud que cause daño físico o sicológico a la mujer durante el embarazo, parto o puerperio. Según la Endireh 2016, 11.2 por ciento de las mujeres experimentó gritos o regaños durante la labor de parto o cesárea; 10.3 tardó en recibir la atención porque gritaba o se quejaba mucho; a 9.9 por ciento se le ignoró cuando preguntaba cosas sobre su parto o bebé y a 9.2 se le presionó para que aceptara un dispositivo u operación para no tener más hijos.
La Organización Mundial de la Salud ha llamado a erradicar y prevenir la violencia obstétrica, porque los tratos irrespetuosos u ofensivos no sólo violan los derechos de las mujeres, sino que también amenazan sus derechos a la vida, la salud y a la integridad física y la no discriminación.