Aseguran los especialistas que existe una relación directa entre el amor a la vida y las primeras experiencias orales, que un niño bien amado difícilmente se convertirá en criminal, violador, tirano o enfermo de poder. Los niños bien amados tienen vocación por la paz. Porque el amor y la gentileza se adquieren en la primera relación amorosa, que es generalmente con la madre. Cuando esa primera relación fracasa, es pobre, fría, autoritaria o extremadamente posesiva, el individuo crece con un vacío emocional que ni el dinero ni el poder pueden llenar en su vida adulta.
En términos freudianos, el “pecho bueno” es una experiencia fundamental para el desarrollo de una personalidad sana. “De la boca nace el amor” –puede ser un mantra con sustento neurológico, sicoanalítico y antropológico; al igual que lo tienen las famosas expresiones populares como: ¡Qué poca madre! ¡Es un desmadre! o ¡No tienen madre!
El doctor Joaquín Cravioto, fundador del Instituto de Ciencias y Tecnologías de la Salud del Niño, quien fue galardonado internacionalmente por sus aportes, afirmaba que el pecho materno es insustituible. “La leche materna tiene características que van desde su composición idónea hasta la ventaja de que no es de fácil contaminación, pero podría replicarse industrialmente. El pecho no. El amamantamiento es una interacción emocional definitiva del hijo con la madre”. Se debe promover la lactancia materna y no caer en la trampa de las leches artificiales que con frecuencia se regalan a madres parturientas en hospitales públicos y privados. Ello constituye una invitación a abandonar la lactancia natural.
Falta de amor es el diagnóstico más preciso para lo que ocurre hoy en México. Por lo que junto a los análisis económicos y políticos han de estudiarse las carencias materiales y emocionales en las que crecen nuestros niños: ¿Cómo habrá sido la infancia de los tiranos, de los que odian, de los enfermos de rencor, de los violadores y feminicidas? ¿Qué puede hacerse para asegurar a todos los niños un “pecho bueno”? Es derecho de la niñez tener por madres a mujeres felices; contar con instituciones que realmente los atiendan y protejan: con gobiernos que valoren la trascendencia de cuidar y procurar infancias felices.
¡Feliz día de las Madres!