La fotógrafa Mayra Martell documentó el estilo de vida de las llamadas mujeres “buchonas” ligadas a los cárteles de la droga en Sinaloa, como reflejo de la fascinación por el narco, el poder y la belleza. Este trabajo fue reconocido con el primer Premio Internacional de Fotografía del Siglo XXI Ankaria Photo, en Barcelona.
El proyecto Wildhunting parte de la obsesión por la ostentación y el lujo ligados al narcotráfico que se exhibe en las redes sociales. En entrevista, Martell señala que la belleza es un elemento de poder importante.
“La violencia se puede observar desde diferentes perspectivas”, propone. Es una realidad compleja; con la persistente injusticia social, “nos damos cuenta de que esto está pasando por una degradación en la cual tenemos que ver nosotros”.
Las mujeres cercanas a este fenómeno ponen en tendencia vestidos, productos de marcas costosas.
“Son muy claras en lo que quieren, con mucha determinación y carácter. La cercanía con la muerte las hace más conscientes de lo que es la vida y cómo quieren vivirla. Tienen muy claro lo que sucede.”
En 2011 fue un escándalo la aparición de una foto del Chino Ántrax junto a la socialité Paris Hilton en Las Vegas. El fundador del brazo armado del cártel de Sinaloa, uno de los líderes más sanguinarios, con frecuencia aparecía en fotos en Instagram presumiendo viajes por Dubai o Francia, ropa cara y mansiones.
Para Martell, este momento simbolizó “la salida del narco del clóset. Hoy día existe una fascinación, con series de televisión, música y miles de seguidores de personajes ligados al mundo del tráfico ilegal de drogas. Es muy interesante este momento, cuando comienzan a presumir las mansiones, autos, joyas, los accesos que da el dinero. Ya no es como hace 30 años, del narco marginal que se escondía; actualmente, es parte de la sociedad”.
La palabra buchona popularmente se refiere a las esposas, novias y amantes relacionadas con el narco, que tienen un claro estilo de vida y cuerpos voluptuosos; modifican su aspecto con cirugías plásticas para encajar con los estereotipos; por ejemplo, senos y caderas prominentes, labios inyectados de colágeno, además de vestir con marcas costosas y extravagantes para llamar la atención, ropa entallada, cabelleras largas, fastuosos arreglos de uñas con brillos, tacones y llamativo maquillaje.
“Muchas son niñas de entre 15 y 17 años que le gustaron a un narco y se las llevaron. Esto ocurre mucho en los municipios de Sinaloa. Algunas familias están contentas, porque, básicamente, es como sacarse la Lotería. También están las cirugías… es una cultura visual, una estética muy Kardashian. No sólo las mujeres del narco se hacen estas intervenciones, sino la mayoría de las chicas.”
Martell inició su trabajo en Instagram, donde las buchonas suman miles de seguidores. En las imágenes posan junto a automóviles lujosos, bolsas y zapatos de diseñador, además de armas y joyas. Están dispuestas a asumir los riesgos a cambio de gozar de lujos. En 2017, emprendió un seguimiento en la red social.
Luego, Martell comenzó a frecuentar bares, antros y restaurantes caros para tener contacto, conocerlas y fotografiarlas de manera más cercana. También empezó a observar los concursos de belleza.
Mayra Martell (1979) fue de las primeras en documentar y denunciar la desaparición de mujeres en su natal Ciudad Juárez, Chihuahua. Durante años se dedicó a indagar en los anuncios con los rostros de las jóvenes que no llegaban a casa; también se acercó a los familiares que buscaban a sus seres queridos. Sufrió amenazas y persecución de grupos criminales, por lo que tuvo que huir. Dolorosamente, recibió la noticia del asesinato de Marisela Escobedo en 2010 y de otras madres que exigían justicia por sus hijas.
Al obtener el primer premio, además de recibir un incentivo económico, podrá hacer una residencia en Barcelona con la tutoría del reconocido fotógrafo, ensayista y promotor cultural catalán Joan Fontcuberta.
En los años recientes, Mayra Martell se ha dedicado a documentar la vida en Culiacán, Sinaloa. Como reportera gráfica en un diario local, se enfrenta a escenas sangrientas al cubrir la nota roja. Al mismo tiempo, vive el otro lado del mundo del narcotráfico, en reuniones donde el dinero y el lujo no se escatiman. “Es una dualidad muy fuerte”.
Entre los jóvenes de la región, la mirada aspiracional es hacia “el narco, tener dinero; aunque la vida dure 20 o 25 años, la quieren vivir bien. No hay otra esperanza”.
Wildhunting, que inició en 2017, fue planeada junto a Alfonso Morales, su editor “de toda la vida”, como una serie de seis publicaciones. Su deseo es que la tutoría de Fontcuberta ayude a generar interés en la publicación y exhibición de su trabajo más reciente.