Las emisiones de metano podrían reducirse en 45 por ciento en una década, con lo que se librarían casi 0.3 grados centígrados de aumento de la temperatura a 2045, señala una evaluación global del metano realizada por la Coalición Clima y Aire Limpio y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Esto evitaría al año en el planeta 260 mil muertes prematuras, 775 visitas a los hospitales relacionadas con el asma, 73 mil millones de horas de mano de obra perdidas por calor extremo y 25 millones de toneladas de pérdidas de cultivos.
Explica que el metano es un ingrediente clave en la formación de esmog, además de ser un poderoso agente climático y un peligroso contaminante del aire.
Desde que comenzó a registrarse en los 80, no se había visto este aumento en las emisiones de metano provocadas por el hombre. A pesar de la desaceleración económica inducida por la pandemia de Covid-19 en 2020, que impidió que se alcanzara otro máximo de emisiones de bióxido de carbono, la cantidad de metano en la atmósfera se disparó a niveles récord, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Esto es motivo de preocupación, debido a que el metano es un gas de efecto invernadero extremadamente poderoso, responsable de casi 30 por ciento del calentamiento global. Aunque a diferencia del bióxido de carbono, que permanece en la atmósfera durante cientos de años, el metano se descompone con mucha rapidez y la mayor parte desaparece al cabo de una década.
El reporte indica que la mayoría de las emisiones de metano causadas por el hombre provienen de los combustibles fósiles, desechos y agricultura.