“Hoy más que nunca, estamos convencidos de que la unidad nacional es el único camino para hacer frente a cualquier reto, desafío y amenaza”, señaló el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
En la ceremonia por el 159 aniversario de la Batalla de Puebla, el escritor Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), destacó la relevancia histórica del suceso y del general Ignacio Zaragoza, quien se desempeñó como actor fundamental en el triunfo de aquella gesta.
En el patio mariano de Palacio Nacional, al pie de la estatua de Benito Juárez, elaborada por el escultor Miguel Noreña con el bronce de los cañones que el Ejército Liberal arrebató al conservador en las batallas de Silao y Calpulalpan, el jefe militar abundó en torno a la efeméride.
“Después de la victoria de Puebla, nuestro país fue otro, porque con la noticia del triunfo que se esparció con rapidez, quedó claro que, sin importar la superioridad del enemigo, con unidad y convicción patriótica se podía vencer; misión que invariablemente seguiremos cumpliendo. Estas conmemoraciones nos recuerdan que todos defendemos la misma bandera y la misma patria.
“Constituimos una gran fuerza para hacer frente a cualquier desafío y trabajar en favor de un mejor futuro para las nuevas generaciones y el progreso del país. Juntos, gobierno, pueblo y fuerzas armadas somos una gran fuerza que, en momentos decisivos, con voluntad y unidad nacional, realizaremos por el bien de nuestro país grandes hazañas, como la de Puebla.”
Paco Ignacio Taibo II consideró la derrota del ejército francés frente al mexicano un capítulo conmovedor de la historia del pueblo de México: fue “el triunfo del bien frente al mal, contra la intromisión.”
Orador en la ceremonia, el director del FCE describió los sucesos donde el general Ignacio Zaragoza, a quien, “¡cómo no vamos a querer!; humilde, con voz finita”, se negó a parecerse a los generales de antes y condujo a las fuerzas mexicanas que defendían el país frente a la invasión.
Así, ante sus escuchas que permanecían atentos, recordó aquel breve, célebre y penetrante brevisimo discurso del general, que en un recorrido de seis kilómetros frente a sus tropas, repitió incesante: “Tenemos enfrente al mejor ejército del mundo, pero nosotros somos los mejores hijos de México”.
Y una vez que las fuerzas nacionales contuvieron a los franceses, cómo el general Miguel Negrete –converso del ejército conservador al liberal– se aprestó a la ofensiva con su célebre: “en el nombre de Dios, primero nosotros.”
Elocuente, el escritor relató pasajes desconocidos y reveladores del enfrentamiento entre las mal armadas y descalzas fuerzas mexicanas, contra el entonces todopoderoso ejército francés.
Llamó la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador, de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; los secretarios Rosa Icela Rodríguez, Olga Sánchez, Tatiana Clouthier, y Marcelo Ebrard. También le escucharon los directores de Pemex, Octavio Romero, y de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, entre otros invitados.