Un caos que provocó largas filas y hasta 20 horas de espera reinó ayer en la aplicación de la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 a personas de 60 años y más en la capital de Jalisco, sobre todo en el campus de ingenierías de la Universidad de Guadalajara. Quienes acudieron en automóvil tuvieron que irse hasta la carretera a Chapala sin apoyo de policías viales.
El desorden se atribuyó a que los organizadores pidieron comprobante de primera dosis, credencial de elector y Clave Única de Registro de Población, todo impreso.
La autoridad estatal también contribuyó a que la jornada fuera un calvario, pues no envió suficientes agentes de tránsito para que organizaran la vacunación de pacientes a bordo de sus automóviles.
Quienes llegaron temprano sufrieron para encontrar la fila de ingreso, la cual se extendió al menos ocho kilómetros, con el consecuente embotellamiento en una de las vías más transitadas de Guadalajara.
Ni el gobierno federal ni el estatal proporcionaron toldos, sillas, baños públicos o al menos agua potable a quienes esperaban, algunos desde la noche anterior.
El gobernador Enrique Alfaro culpó del desorden al gobierno federal, aunque no explicó por qué no envió suficiente personal de apoyo.
Imágenes similares se repitieron en los municipios de Isla Mujeres, Solidaridad, Cozumel, Tulum, Felipe Carrillo Puerto y Bacalar, en Quintana Roo, donde fue el único día de vacunación para personas de 50 a 59 años de edad.
Desde la madrugada la gente empezó a llegar a pie y en auto a los puntos de vacunación, sobre todo en Solidaridad, donde los propios ciudadanos hicieron listas de solicitantes de la vacuna.
La espera para recibir una de las 11 mil 800 vacunas Pfizer que se aplicaron el miércoles se hizo más tortuosa con temperaturas hasta de 34 grados centígrados y con pocos espacios a la sombra.
En Huixquilucan, estado de México, ayer se inició la primera etapa de inoculación de ciudadanos de 50 a 59 años de edad, con 25 mil dosis. La jornada de inmunización concluirá el 8 de mayo.