Ciudad de México. Pese a que la conexión entre el jazz y la salsa ha sido documentada históricamente y las colaboraciones entre músicos de estos géneros han sido numerosas a través de los años –incluyendo a figuras como Mario Bauza y Dizzy Gillespie, Machito y Charlie Parker, Luis Russell y Louis Armstrong–, “aún resta mucho por describir y por reconocer”.
Este brevario musical lo hace Rubén Blades en su página oficial en argumento a su reciente material discográfico: Salswing, con el que asegura: “Intento continuar esa relación, comprobando que el arte no posee nacionalidad, sino que representa un espíritu que trasciende razas, geografías e idiomas”.
En esta placa, Blades se hace acompañar de una excelente banda panameña, la Orquesta de Roberto Delgado, con la que en 2019 realizó una ecléctica descarga sonora en el Auditorio Nacional de México. Es casi el mismo combo con el que ganó dos premios Grammy Latinos y uno estadunidense, y con el cual “se constituye en prueba fehaciente de lo que afirmo: la música es un regalo universal y desde Panamá renovamos nuestro aporte con este disco… Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros grabándolo y que en estos tiempos difíciles les permita sonreír, bailar y confiar en un mejor futuro”.
El panameño es un referente histórico en la salsa; voz autorizada en la música global. Tiene 17 premios Grammy, 35 películas como actor, cinco años como ministro de turismo de su país, colaboraciones con músicos como Lou Reed, Elvis Costello, Sting, Steven van Zandt… es activista político-social y doctor en ciencias políticas.
Salswing está grabado con Roberto Delgado y una orquesta big band de más de 20 músicos panameños, pero también tiene invitados como Tom Kubis y Jahaziel Arrocha en los saxos, Milton Salcedo en el piano y Xito Lovell en el trombón, entre otros.
“El álbum es mitad swing y mitad salsa y está dedicado a la memoria de nuestro colega, amigo y miembro de la banda, el percusionista Carlos Perez-Bido, recientemente fallecido a causa de Covid… Estoy orgulloso de la calidad demostrada por nuestros músicos, los arreglos de Roberto Delgado y Tom Kubis”, comparte Blades, quien considera que este trabajo “ayudará a sostener a nivel mundial y de manera positiva la imagen del artista nacional”.
Puntualiza: “Hemos hecho varias ediciones del trabajo. Una versión recoge todos los números de swing y de salsa de manera intercalada. Otra versión ofrece solamente los números swing, con un par de números de salsa, y otra versión sólo los temas de salsa con un par agregado de canciones de swing. La portada, como siempre, estuvo a cargo de Orosman de la Guardia. Espero que el trabajo goce del apoyo de todos ustedes”.
En Salswing se pueden escuchar piezas abrazadas por un exceso poderoso de metales como Pennies From Heaven, Mambo Gil, Ya no me duele, Watch What Happens, Canto niche y Tambó.
Dínamo
Blades no para, por estas semanas ha estado grabando varias colaboraciones con distintos colegas, amigos y amigas: “Un exquisito bolero con esa figura mítica y excelsa de Cuba que se llama Omara Portuondo; una cumbia, con la excelente Natalia Lafourcade, de México; un son montuno, con Stay Homas, grupo pop de Barcelona, España, y un tema en candombe con León Gieco, de Argentina, y con los uruguayos Rubén Rada y Hugo Fatorusso, escrito por alumnos de una escuela rural de la provincia argentina de Córdoba”.
Inherente a él, su discurso político respecto de Latinoamérica nunca falta, porque esta región, señaló una vez en México, “es una criatura que sigue en mutación y que continuará así, quién sabe por cuánto tiempo. Cada país apelará a sus ángeles”.
Pero ayer, que miles de personas volvieron a las calles de Colombia para protestar contra el gobierno del presidente Iván Duque, con manifestaciones que se tornaron violentas, Blades escribió en su portal: “Las protestas que han sacudido a Colombia estos últimos días no me parece que pueden ser explicadas solamente por el descontento popular expresado contra el anuncio de una reforma tributaria impulsada por el presidente. Aunque es comprensible el rechazo a cualquier imposición fiscal que afecte a negocios y/o al bolsillo del ciudadano colombiano en estos tiempos de desempleo masivo y estrechez económica, lo que más furia ha provocado en la población del país es el nivel de violencia demostrado en la respuesta de sus fuerzas policiales”.
Blades no cree que en Colombia “se haya medido bien la indignación que causó la muerte en 2019 del joven Dilan Cruz ni la de hace ocho meses del estudiante de derecho Javier Ordoñez, que murió luego de que le fueron aplicadas por agentes de la policía, de manera repetida, descargas eléctricas en más de 12 ocasiones. El video de la víctima implorando a los policías que no lo hicieran más y que no podía respirar, me recuerda el asesinato de George Floyd… Ni siquiera la declaración hace dos días del presidente de Colombia anunciando que se retiraría el proyecto de reforma tributaria ha servido para mitigar la furia popular, producto de la rabia y el descontento latentes hacia la manera en que el pueblo se siente tratado por el gobierno”.
Existe un sector en Colombia que parece creer que la única forma de enfrentar el descontento provocado por actos del gobierno es a través de la fuerza y la militarización, asegura el artista.
Blades abunda: “Cuando ahora la protesta por el alza tributaria fue enfrentada por la fuerza policial con el uso excesivo e indiscriminado de la fuerza, la gente reaccionó de igual manera y el asunto empeoró al punto de provocar ya 24 muertes, cientos de heridos y de detenciones arbitrarias, decenas de desapariciones y de víctimas alegando violencia sexual ejercida en su contra. Por supuesto que estas situaciones son aprovechadas por grupos políticos que buscan crear oportunidades”.
Ahora, insiste el músico, “el gobierno debe considerar una revisión de su mentalidad de sitio y abandonar la idea de que la confrontación violenta es lo que garantizará el orden público. Pero como indiqué antes, el asunto es más complejo que una revuelta causada por una reforma tributaria, propuesta por un presidente considerado administrativamente como inepto, o mal aconsejado por políticos en busca de un protagonismo perdido”.