Villahermosa, Tab., El poblado indígena Tucta, propenso a sufrir inundaciones por su ubicación geográfica, es pionero en México y el mundo al contar con viviendas realizadas con tecnología de impresión en tercera dimensión (3D).
El proyecto fue resultado de una sinergia entre la empresa mexicana Échale y la firma de origen estadunidense New Story, coordinadas con la Secretaría de Bienestar estatal y autoridades municipales de Nacajuca, demarcación que representa el corazón étnico tabasqueño y es gobernada por Morena.
Los desarrolladores eligieron a Tucta, localidad de origen chontal, para implementar este programa por su condición de “comunidad en situación de riesgo” y debido a que requería casas habitación que resolvieran los problemas de clima y humedad que prevalecen en la zona.
Brett Hagler, director y fundador de New Story, explicó en medios internacionales que quienes recibirán esos inmuebles “son los más vulnerables y con los ingresos más bajos. Viven con un promedio de 3 dólares (menos de 63 pesos, según cotizaciones recientes) diarios, literalmente en chozas de materiales diversos que se inundan durante las temporadas de lluvia. Algunas mujeres me han dicho que el agua les llega a las rodillas cuando llueve, a veces durante meses”.
Las nuevas viviendas de la población se realizan con una impresora que mide más de 10 metros, denominada Vulcan II, la primera de su tipo y con capacidad de fabricar una casa de 46 metros cuadrados en 24 horas. La compañía Icon, con sede en Austin, Texas, tardó tres años en elaborar el artefacto.
Francesco Piazzes, de Échale, señaló en entrevista con La Jornada que los trabajos de edificación se reiniciaron en febrero pasado, después de haberse detenido a consecuencia de la pandemia de Covid-19.
Destacó que el proyecto tiene actualmente un avance de 50 por ciento y adelantó que está previsto construir 200 casas, 50 de ellas con tecnología 3D, de tal forma que Tucta es el primer pueblo con domicilios manufacturados con impresoras y las 150 restantes serán del material llamado ecoblock.
Piazzes mencionó que Échale y New Story establecieron contacto con la Secretaría de Bienestar de Tabasco y con el ayuntamiento de Nacajuca, a los cuales solicitaron designar a la población del estado con mayor exigencia de viviendas.
De esta manera, las instancias gubernamentales eligieron a Tucta. La autoridad municipal de Nacajuca donó un terreno para edificar el nuevo vecindario impreso en 3D, mientras el gobierno estatal de Tabasco se hizo cargo de instalar los servicios públicos requeridos para las casas.
En su página de Internet, la empresa New Story se describe a sí misma como “una entidad sin fines de lucro que crea soluciones para acabar con la falta de vivienda mundial”. Asegura que “la construcción de viviendas impresas en 3D es más rápida y tiene el potencial de conseguir viviendas más asequibles, y de mayor calidad que el estándar actual de la industria”.
New Story consigna que, en conjunto con Échale, desarrolla estas primeras residencias de su género en México con una visión de “diseño participativo”, el cual implica planificarlas “con la ayuda de las familias que las habitarán”.
De acuerdo con funcionarios del gobierno estatal, las familias de Tucta beneficiadas pagan un minúsculo porcentaje del costo total de las viviendas que reciben, debido a que New Story subsidia la construcción de los inmuebles a través de particulares que le donan recursos económicos.
Para hacer una de estas casas, la impresora para las viviendas 3D coloca una mezcla de concreto en capas con las que se construyen pisos y paredes –“como si fuera helado de máquina”, comentó el empresario Hagler–, y su software monitorea las condiciones climáticas de la zona donde se ubicarán, de tal forma que el aparato pueda ajustar el material a las necesidades de la región. Una vez terminadas, trabajadores les colocan las puertas y el techo.
Las casas impresas en tercera dimensión cuentan con techo, ventanas e interiores. Sus muros son curvos, con el fin de mejorar el flujo de aire entre las altas temperaturas que se registran durante las temporadas calurosas en Nacajuca, municipio localizado a 27 kilómetros de Villahermosa, la capital tabasqueña.
En cuanto a las 150 viviendas levantadas con ecoblock, se elaboran a partir de blocks fabricados con “suelocemento”, material producido con tierra inerte, cal, cemento y arena que se compactan a alta presión, refiere el sitio electrónico de la empresa Échale.
“Son más resistentes que un block de cemento y mucho más amables a los movimientos sísmicos. Se necesitan 2 mil 200 ecoblocks para una casa de 50 metros cuadrados con dos recámaras, un baño, estancia, comedor y cocina”, acota Échale.
Agrega que los bloques se confeccionan con una máquina hidráulica única en su tipo, de diseño y patente mexicana, artefacto transportable a la región donde se la requiera, lo que evita gastos en traslado de material.
El proceso de edificación comenzó en noviembre de 2019, pero se vio afectado durante los primeros meses de 2020 por la aparición de la pandemia del coronavirus, activa en Tabasco desde el 18 de marzo del año pasado, cuando se confirmó el primer caso en la entidad.