Porfirio Muñoz Ledo es un político profesionalmente camaleónico. Conforme a las circunstancias ha sido capaz de ajustarse a lo necesario para estar en primera línea del momento y a comprometer, con vigor y lucidez, su inteligencia a favor de la causa en turno.
Lo mismo ha podido Muñoz Ledo hacer carrera larga y fructífera, para él, en el Partido Revolucionario Institucional, que en la disidencia de éste que se convirtió en Frente Democrático Nacional y luego dio paso a la creación del Partido de la Revolución Democrática, o en el foxismo al que sirvió como embajador en plaza privilegiada, o en el centroizquierdismo de Morena, convertido Porfirio en diputado federal y presidente de la mesa directiva de San Lázaro para imponer, con sentido simbólico, la banda presidencial en 2018 a Andrés Manuel López Obrador.
Muñoz Ledo es historia con presente. La historia del accidentado camino mexicano hacia un atisbo de democracia ha contado con los acomodos pluripartidistas de Porfirio. Y aún hoy, a unas 10 semanas de cumplir 88 años de edad, distanciado de Morena porque le cerraron el paso para presidir su comité nacional y también en la búsqueda de su relección como diputado federal, está convertido en el más inteligente opositor a las políticas del presidente López Obrador, con la misma viveza e ingenio con que antes llegó a elogiar al político tabasqueño.
Un día después de colocar la banda tricolor en el pecho de AMLO, por ejemplo, Muñoz Ledo puso dos tuits, con zalamería de inicio de sexenio: “Desde la más intensa cercanía confirmé ayer que Andrés Manuel @lopezobrador_ ha tenido una transfiguración: se mostró con una convicción profunda, más allá del poder y la gloria. Se reveló como un personaje místico, un cruzado, un iluminado”. Y, en el segundo mensaje: “La entrega que ofreció al pueblo de México es total. Se ha dicho que es un protestante disfrazado. Es un auténtico hijo laico de Dios y un servidor de la patria. Sigámoslo y cuidémoslo todos” (https://bit.ly/2QQjrzP
).
Las circunstancias han cambiado y también el discurso de Muñoz Ledo, quien para hoy ha programado el anuncio de la conformación de un frente amplio en defensa de la Constitución, que de inmediato ha ganado benevolencia difusora en medios de comunicación. No parece estar encaminada esta batalla de Porfirio a grandes resultados, sobre todo si a la par de la descalificación al morenismo encarnado en Palacio Nacional el longevo orador, a quien sólo faltó ser Presidente de la República, pelea por una curul a nombre del mismo partido al que menoscaba. Un invitado que habría aportado un aire nostálgico de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas, decidió no participar en la presentación pública del nuevo embate de Porfirio, el gran político camaleónico.
Una fuente de análisis interno del partido Morena asegura a esta columna que, más allá de las especulaciones y golpeteo en la capital del país, en Guerrero hay un “impresionante” cierre de filas entre corrientes y personajes morenistas, con Pablo Amílcar Sandoval trabajando en su campaña por una diputación federal, sin signos de movimientos contrarios a Félix Salgado Macedonio. Según tal fuente, Morena ganará de manera indudable las elecciones en esa entidad, “con una gran participación popular”.
Y, mientras Lorenzo Córdova sale a escena a tratar de conjurar un eventual cronograma inmediatista de reforma electoral, con la proclama de que tales modificaciones, de darse, deben provenir de un ejercicio en “tiempos fríos” y no de una lógica de ajuste de cuentas contra el Instituto Nacional Electoral por decisiones recientes, ¡hasta mañana, con el gobernador panista de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en el centro de las especulaciones populares, mediáticas, judiciales y legislativas, pues se está en espera del siguiente paso, luego del desafuero ya aprobado!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero