Si se trata de la estrategia de mercadotecnia, el padre de Billy Joe Saunders le subió la temperatura al preámbulo para la pelea del sábado frente a Saúl Canelo Álvarez. El boxeador británico no llegó ayer al acto de promoción donde se plantaría cara a cara ante el mexicano en el estadio AT&T de Arlington, Texas, como un primer desaire o mensaje de desacuerdo.
Saunders, campeón mundial de peso supermediano, expone el cinturón de la OMB que desea el tapatío en su carrera por conquistar todos los títulos de la división. Actualmente Canelo tiene el del CMB y de la AMB. De vencer este sábado, quedaría pendiente el de la FIB, ante Caleb Plant en septiembre.
La posibilidad de cancelar se antoja disparatada. La pelea del Canelo será el primer acto masivo en Estados Unidos después de la pandemia. Este lunes incluso se liberaron 10 mil entradas más para la pelea del sábado en la casa de los Vaqueros de Dallas. De modo que se esperan 70 mil aficionados.
“Este será el retorno oficial del público a los estadios”, comenta Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, quien estará esa noche para premiar con un cinturón de edición especial.
“Canelo está en su mejor momento y tiene enfrente a un campeón invicto que le va a exigir una gran pelea”, agrega.
El titular del CMB anticipa como un paso más en el objetivo del pelirrojo, sentar precedente como el primer mexicano que domina la división de los supermedianos.
“Es una pelea importante no sólo porque es parte de su camino para dominar la división de supermedianos, sino también por el regreso del público”, advierte.
La polémica que derivó en la amenaza de una eventual cancelación estuvo motivada por las dimensiones del cuadrilátero. De acuerdo con el padre de Saunders, el acuerdo era utilizar un ring de 7x7 metros cuadrados, pero Canelo y la AMB establecieron uno de 6x6 (el acostumbrado). En el equipo del británico aseguraron que pretendían sacar una ventaja de eso, aunque el mexicano respondió que eso tenía arreglo.